Los kosovares detenidos habían hecho 20 asaltos en Catalunya

La Vanguardia, 01-03-2007

LUIS IZQUIERDO / ENRIQUE FIGUEREDOMADRID/ BARCELONA

La banda contaba con una red de pisos seguros para ocultarse de la policía, y entre su equipo tenía inhibidores de frecuencia
La desarticulación de la banda de delincuentes albaneses kosovares detenidos en los últimos días en distintas ciudades españolas ha permitido esclarecer en sólo unas horas más de 150 asaltos a viviendas realizados en nueve comunidades, una veintena de ellos en Catalunya, según fuentes policiales.

El director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida, calificó ayer la operación como la mayor asestada en toda Europa a un grupo dedicado al robo con violencia en viviendas, polígonos industriales y bancos. Mesquida destacó la detección de una red de informadores que facilitaban a los asaltantes los datos claves para cometer los robos cuando los moradores de las viviendas o trabajadores de las naves estaban ausentes.

En total han sido arrestados 38 miembros de la organización delictiva, tres de ellos en Barcelona y uno en Blanes, y se han llevado a cabo 22 registros en donde se han encontrado infinidad de objetos robados, así como el instrumental que utilizaban para los robos: mazas, hachas, radiales, un martillo hidráulico…

Entre sus útiles ha sido descubierto también un inhibidor de frecuencias, que utilizaban durante los asaltos para anular el funcionamiento de los teléfonos móviles y las alarmas de los edificios violentados.

El comisario jefe de la unidad de delincuencia especializada y violenta de la Policía, Ángel Galán, explicó ayer que los miembros del grupo habían perfeccionado las conductas que habían permitido detener anteriormente a otros grupos de la misma procedencia. Así, la organización criminal tenía una red de pisos seguros distribuidos por el país donde se alojaban los miembros de los diferentes subgrupos en que se descomponía la red.

Además, sólo los responsables de las diferentes células sabían dónde se ocultaban todos los artilugios de los que se servían para acceder a viviendas, naves y sucursales bancarias. Los ladrones se integraban en uno de los subgrupos y, cuando se sentían vigilados, se trasladaban a otra región para colaborar con otro de los grupos.

La investigación comenzó en abril del año pasado tras el asalto a una vivienda en una zona rural de Valencia. Un vigilante tomó una matrícula que permitió comenzar las indagaciones sobre este grupo. Después, tras comprobar lo complejo del entramado, el Cuerpo Nacional de Policía fue abriendo ramificaciones de la investigación en diferentes ciudades españolas.

Entre las medidas se seguridad que habían perfeccionado también destaca la utilización de coches que alquilaban con documentación falsa. Además, se mantenían en constante contacto telefónico para anticiparse a posibles acciones policiales. También se ha descubierto que parte del material que robaban lo vendían a peristas españoles y el resto se lo llevaban a países del Este de Europa.

Los responsables de la banda figuran entre los detenidos en Madrid y Valencia, según explicó el comisario Galán.

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