MADRID.-El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Angel Moratinos, anunció ayer en el Congreso que otros 63 indios que viajaban en el Marine I serán repatriados «en un breve plazo» desde Mauritania a la India, después de que las autoridades de este país los hayan reconocido como nacionales suyos.

El jefe de la diplomacia española afirmó que 18 inmigrantes ya han sido repatriados a la India, como informó ayer EL MUNDO.

Curiosamente, después de dos semanas en las que tanto desde el Ministerio de Asuntos Exteriores como la Organización Internacional de las Migraciones y las ONG aseguraron que la cifra de ocupantes del barco era 369, Moratinos se descolgó ayer con otras cifras. El ministro aseguró que el total de inmigrantes que viajaba en el buque es de 299, de los que 229 eran indios.

Hasta ahora se había manejado la cifra de un total de 369 sin papeles, de los que 35 fueron repatriados a Cabo Verde y otros 35 a Canarias, por lo que quedaban 299 en el puerto de Nuadibú que alegaron ser de origen indio.

A pesar de las nuevas magnitudes aportadas por Moratinos, la Cruz Roja, que participó en el recuento de los inmigrantes, aseguró que ellos contaron un total de 368.

Durante su intervención para hacer balance de los planes Asia y Africa del Gobierno, Moratinos advirtió, refiriéndose a la crisis del Marine I, de que España «no puede convertirse en el destino de la inmigración» ilegal.

El jefe de la diplomacia española aseguró que, una vez que el Ejecutivo español atendió la «situación de urgencia humanitaria», trasladó a los países implicados en esta crisis el mensaje de «firmeza» de que «España no es y no será una vía de entrada a Europa de inmigración ilegal».

Moratinos subrayó que el Gobierno respondió a la crisis «anteponiendo por encima de todo el derecho humanitario, que exigía una asistencia pronta y eficaz» a los «náufragos» que se encontraban en el barco.

El portavoz del Partido Popular en la Comisión de Exteriores, Gustavo de Arístegui, denunció la «descoordinación» del Gobierno en la gestión de la crisis y su política inadecuada, que genera, bajo su punto de vista, un efecto llamada.

Moratinos, que rechazó que hubiera habido descoordinación por parte del Gobierno, alabó la actitud de Mauritania en esta crisis. En su opinión, «Mauritania se ha portado de forma excepcional» por haber aceptado que el buque desembarcara en sus costas y por su voluntad de luchar contra las mafias.