Ciudad de México – La ONU imputó hoy al Gobierno mexicano de incumplir tratados internacionales al violar los derechos humanos de la niñez y los inmigrantes centroamericanos.

En una conferencia de prensa para denunciar la impunidad en la muerte de un niño jornalero agrícola en el norte del país, Jorge Bustamante, relator especial de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos de los Migrantes, dijo que las convenciones suscritas por México “no se cumplen ni en los niños migrantes, ni en el caso de los migrantes centroamericanos, que son víctimas de violaciones a derechos humanos de una manera tan grave que las que sufren los migrantes mexicanos en Estados Unidos”.

Ante esos abusos, el académico mexicano anunció que denunciará la situación ante la ONU, incluyendo su Asamblea General de Estados miembros.

“No es justo que las autoridades presuman de que hacen mucho por los derechos humanos, cuando los casos vistos demuestran que es una mentira”, destacó el académico mexicano.

El 6 de enero pasado, David Salgado Aranda, un niño jornalero agrícola de 9 años de edad y originario de Ayotzinapa –en el municipio de Tlapa, Guerrero, en el sureste mexicano-, murió atropellado por un tractor, mientras recolectaba tomates en un campo en el norteño estado de Sinaloa.

Frente a esta muerte, organismos humanitarios denunciaron el trabajo infantil de menores de 14 años –prohibido por las leyes mexicanas- y las condiciones en que éste se realiza, así como la impunidad que rodea al caso.

Adicionalmente, las autoridades mexicanas de migración han endurecido las redadas en contra de indocumentados centroamericanos en la frontera sur, cuya violencia excesiva ha sido denunciada por varias organizaciones de derechos humanos.

“En los campos agrícolas se siguen contratando a menores de 14 años”, denunció Margarita Nemesio, responsable del Programa de Jornaleros Agrícolas en el Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan”, en alusión al caso de David Salgado.

Entre noviembre y enero pasados, unos 10 mil trabajadores del campo emigraron desde la sierra guerrerense hacia el norte mexicano, de los cuales 4 mil 496 eran menores de 15 años, en un fenómeno que anualmente crece a un ritmo de 30 por ciento.

Diariamente, cada trabajador gana unos Q50 en el cultivo de tomate, pepino, berenjena y chile manzano.

“Yo sólo quiero que se haga justicia, como debe de ser”, dijo, en voz queda y entrecortada, Cruz Salgado, el padre del niño fallecido –quien tiene 20 años de ir a trabajar al norte con su familia-.

Bustamante indicó que ya solicitó al gobierno mexicano el aval para una visita oficial, que se realizaría en el transcurso de este año.

En noviembre pasado, el Comité para la Protección de los Trabajadores Migrantes y sus Familias, de la ONU, expresó su preocupación por las denuncias de abusos en contra de los trabajadores migratorios y sus familiares y pidió investigar esos señalamientos.

“Es obvio que México no está cumpliendo con esas recomendaciones”, enfatizó Bustamante.