ANNA PUNSÍ
VIDRERES

Unos 150 vecinos de Vidreres cortaron ayer un carril de la C – 35 para protestar por la presencia de familias gitanas en la urbanización La Goba de la población. Los manifestantes recorrieron a pie los más de cuatro kilómetros que separan esta zona residencial del ayuntamiento bajo el lema “La Goba limpia, fuera caravanas”. La marcha, que transcurrió sin incidentes, duró más de dos horas y provocó retenciones de más de dos kilómetros.
Una treintena de familias gitanas han comprado parcelas en esta urbanización y han instalado las caravanas en el patio. Los vecinos denuncian la suciedad que provocan y las amenazas que vierten sobre ellos. “A veces los políticos no quieren actuar porque piensan que se les puede acusar de racismo, pero no es una cuestión de racismo, es un problema de convivencia y de sanidad”, explicaba ayer indignado Josep Conesa.
Las familias gitanas niegan estas acusaciones y algunos ya piensan en abandonar la urbanización ante las presiones de los vecinos. Es el caso de la familia de Josué Demetrio Fernández que ha puesto a la venta siete casas. “Esta gente nos discrimina”, se quejaba Fernández. Buena parte de las familias han sacado ya las caravanas de las parcelas y se han instalado en una gasolinera al lado de la carretera de Lloret de Mar.