Enviada en México: Karla Ramos

Los Pinos, la casa presidencial mexicana, tuvo la noche del jueves un único plato para la sobremesa de la reunión entre los presidentes de Centroamérica y el anfitrión, Felipe Calderón: la reforma migratoria en Estados Unidos.

En este encuentro, los funcionarios acordaron impulsar una iniciativa regional que será planteada al presidente estadounidense, George W. Bush, en sus visitas a México y Guatemala, y aunque prefirieron no referirse a este esfuerzo como una iniciativa de bloque, sí destacan que la idea es mostrar una región más consistente e integrada con el tema, y convencer a Bush de la necesidad de la reforma.

“Hay que aprovechar que ha puesto sus ojos en América Latina y que va a estar en Centroamérica, porque nuestra gente no puede seguir esperando”, expresó el presidente salvadoreño, Antonio Saca.

“La propuesta incluye una petición para que se agilice el tema, que haya reforma a ley de inmigrantes sostenible en el tiempo, porque eso nos garantiza la situación de los indocumentados latinoamericanos. Medias tintas resuelven momentáneamente”, agregó el presidente de Guatemala, Óscar Berger.

Sin entrar en más detalles, Berger agregó que la iniciativa que presentará México “será muy similar”, e incluso el esfuerzo llegará a tocar las puertas de la Casa de Representantes y del Senado en Estados Unidos. La mayoría demócrata da un atisbo de esperanza a la región de lograr algo más específico en este tema.

Sin embargo, Saca, quien también discutirá este tema con Bush y con la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, es de la idea de que los esfuerzos deberán estar concretados en agosto, antes de que Estados Unidos entre en la vorágine electoral.

Con México, los presidentes también abordaron la situación de los inmigrantes en el frontera sur, donde ha habido denuncias sobre irrespeto a los derechos humanos de los inmigrantes, y aunque se reconoce que el Gobierno mexicano ha hecho esfuerzos, los países lamentan los casos de maltrato identificados.