Ante la imposición del visado para ingresar a la Unión Europea (UE) desde el 1 de abril, la migración de los bolivianos a España se ha triplicado. Pero no todos los que llegan entran y el drama de la deportación alcanza incluso a los niños.

Al respecto, el diario madrileño El País cuenta la historia del matrimonio boliviano Ignacio R. y Patrocinia, que vive en situación irregular en Madrid. Ellos acudieron al aeropuerto de Barajas la semana pasada para recibir a sus hijos, pero no pudieron darles ni siquiera un beso.

Los estrictos requisitos de inmigración hundieron los deseos del matrimonio de reencontrarse con sus hijos Jonathan, de 12 años, y Allison, de 10.

Al igual que ellos, alrededor de 950 pasajeros bolivianos llegan cada día en tres vuelos a España, pero los agentes del Cuerpo Nacional de Policía española rechazan a unos 70, los que deben esperar que haya un espacio para su retorno.

Según el Sindicato Unificado de Policía (SUP), la cifra de llegadas ha aumentado con respecto a la media de entradas habitual que se situaba en unos 5 mil bolivianos al mes.

“Desde agosto estamos viviendo una avalancha”, declaró el embajador, Álvaro del Pozo al diario madrileño El País. “Viajan como supuestos turistas, pero su intención es quedarse en España”.

Ante el rechazo de bolivianos, el encargado de negocios de la Embajada de Bolivia en España, Álvaro del Pozo, pidió al Gobierno español que sea considerado con los niños que viajan a ese país para reencontrase con sus padres. Dijo que la situación que pasan algunos menores es dramática porque pasan varias horas en las zonas de interrogatorio en los aeropuertos junto a sus tutores o parientes y que en varios casos han sido “devueltos” a Bolivia sin siquiera poder ver a sus padres.

El retorno

Tras tres años de separación, durante 48 horas, Ignacio R. y Patrocinia han estado separados de sus hijos sólo por unos tabiques. Jonathan y Allison retornaron la semana pasada a Bolivia sin haber recibido una caricia de sus progenitores.

Los niños estuvieron dos días dentro del aeropuerto con otros 13 menores y una treintena de adultos, su tía entre ellos. Se quedaron en la sala de inadmitidos, una zona considerada legalmente como espacio internacional y que custodia la Policía Nacional española. Un teléfono les comunica con el exterior. Disponen de duchas y tres comidas al día. Pero no pueden salir.

Otros pasajeros del vuelo de Santa Cruz también contaron sus casos. “He venido con mi bebé de dos años, éstas no son condiciones para un niño”, asegura Richard Suárez, de 39 años. “Mi pequeño ya no quiere estar aquí”, dice Elena Bazán, de 47 años, que viajó con sus nietos de cinco y tres años. “No me han querido dar leche para ellos ni las maletas para cambiarlos de ropa”, añade. Su abogado, Alberto Rodríguez, señaló que va a presentar un recurso porque todos los documentos de su clienta están en regla.

Los motivos para frenar la entrada de bolivianos a España son tres: que no dispongan de una carta de invitación en regla, que no acrediten que tienen dinero o que no faciliten el destino dónde vivirán.

Protestan por el trato a menores

El encargado de negocios de la Embajada de Bolivia en España, Álvaro del Pozo, dijo que tanto los deportados como las organizaciones de ayuda humanitaria en España han expresado su protesta por los traumas que representa para un niño o niña viajar durante 24 horas con la ilusión de reunirse con sus padres y que ni siquiera puedan verlos unos minutos en los aeropuertos.

El diplomático boliviano dijo que estos casos eran aislados hace unas semanas, pero que se fueron incrementando ante la proximidad del visado que impondrá la UE a los bolivianos.

“Los padres pueden ser o no documentados en España, pero el negar el ingreso a sus hijos provoca una división de la familia que puede tener consecuencias psicológicas graves”, dijo el diplomático, según un reporte de la Agencia Nacional de Noticias por los Derechos de la Infancia (ANNI Bolivia) que cuenta con el apoyo de Unicef.

Según la Embajada de Bolivia en España, alrededor de 400 mil bolivianos viven en Europa, de los cuales cerca de 300 mil, la mayor parte son mujeres y se encuentran en España, en especial en Madrid, Barcelona, Murcia y Valencia.

De acuerdo con el reporte de ANNI-Bolivia, cada día ingresan a España 1.000 migrantes bolivianos a ese país, lo que significa que arribarán 20 mil bolivianos hasta el 1 de abril, que es cuando entrará en vigor la visa.

Pozo dijo que si bien el visado a partir del 1 de abril para los bolivianos es un hecho, la Unión Europea aún no ha dado a conocer las características específicas de la nueva etapa migratoria.