Las enfermeras de la canastilla
Profesionales de la unidad de prematuros del Materno han creado una iniciativa para facilitar ropa a los niños inmigrantes que atienden y que no tienen recursos
Diario Sur, 23-02-2007LA Navidad del pasado año, en la unidad de prematuros del Materno Infantil, ocurrió una anécdota que hizo recapacitar a los profesionalidades de esta área. Un niño inmigrante que había nacido muy bajo de peso (1,6 kilos) tenía que ser trasladado al hospital de Melilla. A la hora de preparar el viaje, las enfermeras se dieron cuenta de que no tenían nada de ropa con la que vestirlo. Lo único que encontraron, en plenas fiestas navideñas, era un traje de Papá Noel, que sirvió como improvisada vestimenta. Entonces, los trabajadores del área decidieron que esa situación no volvería a ocurrir, y que intentarían ayudar a los niños necesitados que atendiesen en la unidad.
Así surgió una iniciativa que las enfermeras de prematuros llamaron ‘Canastillas sin fronteras’. Según las profesionales del servicio, el alma máter de este proyecto es Carmen Teresa Fernández, enfermera de la unidad. Ella es la que durante este año ha insistido para que el proyecto continuase y la gente siguiera prestando ayuda. Su compañera, Merche Almendres, supervisora del servicio, explica que el objetivo del proyecto es simplemente que ningún niño necesitado salga del Materno sin una dotación básica, en forma de canastilla. «Por aquí pasan muchos niños inmigrantes cuyas familias no tienen muchos recursos. Nosotros sólo intentamos echarles una mano según nuestra posibilidades». Y es que ‘Canastillas sin fronteras’ lo forman los propios empleados del hospital y cada uno colabora en lo que puede.
Traslados
«En esta unidad se hacen muchos traslados a Ceuta, a Melilla, a Marruecos… Y nosotros facilitamos que recién nacidos que no tienen nada, lleven un mínimo de ropa», dice Mª Carmen Castillo, auxiliar de Enfermería, que relata que cada vez atienden a más población infantil inmigrante. Pero no sólo colaboran los médicos o enfermeras del Materno Infantil; también los padres de otros niños que han sido atendidos en la unidad de prematuros. En este servicio se atienden a menores que nacen con poco peso y que por lo tanto usan lo que se llama ‘talla cero’ o de primera postura, es decir prendas de vestir muy pequeñas.
Voluntarios
«Hay familias voluntarias que, cuando ya no utilizan los pijamas o las prendas del niño porque ya ha crecido, las traen aquí para que nosotros las donemos a los niños que las puedan necesitar».
«Cada vez que ingresa un niño desfavorecido sale con su canastilla, con lo más imprescindible», dice Almendres. Los miembros de este colectivo aseguran que, como no podía ser de otra manera, los padres de los niños atendidos se van «locos de contento» de poder llevarse una ayuda.
Esta especie de ONG denominada ‘Canastillas sin fronteras’ no tiene grandes infraestructuras, pero también realiza campañas colectivas y especiales, como la que suelen realizar por Navidad. Las pasadas fiestas navideñas, los trabajadores del centro hospitalario reunieron medio centenar de pares de zapatos y los enviaron a África, con la ayuda del personal de Médicos sin Fronteras.
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