Milena Varón.

La noticia del arresto de una madre hondureña beneficiaria del TPS en Los Ángeles puso en alerta a la compatriota Ana Gloria Ángel, quien después de siete meses de solicitar la reinscripción al programa de protección aún no ha recibido la renovación de su permiso de trabajo.

Con el periódico en mano y las copias de todos los trámites efectuados desde el primer amparo otorgado en 2001, Ángel llegó el fin de semana a las oficinas de CARECEN, pensaba que podría correr con el mismo destino que la centroamericana.

“Tengo mucho miedo, cada día se escuchan más noticias de redadas en los buses, en los lugares de trabajo y lo único que me podría salvar es mi permiso de trabajo, pero no lo he recibido”, manifestó Ángel, de 42 años y originaria de La Paz.
Atraso por divorcio

Según las investigaciones que ha hecho personalmente la salvadoreña en las oficinas del servicio de inmigración de Estados Unidos, el divorcio que le fue concedido el año pasado en El Salvador y que conlleva el cambio en sus apellidos ha hecho que se retrase la expedición del documento.

Sin embargo, el abogado Jhon Molina advirtió a la connacional que este limbo migratorio en el que se encuentra abre las posibilidades para que un oficial de inmigración tenga el derecho a detenerla en una redada.

“Actualmente, no tiene un documento que certifique que tiene el beneficio, entonces ellos pueden detenerla hasta que comprueben en el registro que hay un caso pendiente”, indicó Molina, quien recomendó a las personas que tienen pendientes trámites de inmigración que revisen sus casos, y tengan claro cuál es su estatus.

El mayor temor de Ángel es perder el estatus que le ha permitido trabajar como guardia de seguridad, y pagar la educación universitaria de sus tres hijas en El Salvador. “Hace ocho años que no las veo y eso me duele mucho, pero no puedo dejarles su estudio a medias, así que voy a luchar hasta el último momento”, concluyó.