"Novedades de Quintana Ro". MÉXICO: "Migración y remesas"
Por: RODOLFO TUIRÁN
Prensa Latinoamericana, 21-02-2007La semana pasada se llevó a cabo en la Ciudad de México una importante conferencia internacional sobre migración y desarrollo. En este foro se recordó que nuestro país es el campeón de la migración en el mundo. Precisamente por este rasgo, los participantes recomendaron llevar a cabo una revisión de fondo de la política pública en la materia y de las experiencias internacionales exitosas, con el fin de contener a la migración mexicana, la cual involucra a cerca de medio millón de personas por año, alcanza a todas los entidades y a la casi totalidad de los municipios de la República, y toca los diversos segmentos de ingreso.
La escala ya alcanzada por la migración hacia Estados Unidos y la maduración de las redes migratorias hacen cada vez más difíciles y costosos los esfuerzos por regular estos flujos. De hecho, el enorme caudal migratorio constituye una fuente de variados y complejos vínculos, relaciones, flujos y actividades transnacionales que contribuyen a perpetuar este movimiento. Así, los migrantes y los parientes que dejan atrás están forjando un nuevo tipo de familia (la llamada familia transnacional), capaz de participar en dos economías y dos culturas al mismo tiempo, y de mantener sólidos lazos en las sociedades de origen y de acogida.
El contacto frecuente (a través del teléfono, internet o cualquier otro medio) ejemplifica un aspecto fundamental de esa intensa relación. La gran mayoría (54%) de los mexicanos que cuenta con familiares en Estados Unidos mantiene comunicación con ellos al menos una vez por semana. A su vez, el envío de remesas constituye otro de los vínculos típicos de los migrantes con su patria. Estas transferencias están fungiendo como una “bomba de combustible” que inyecta cuantiosos recursos a la economía nacional y a los hogares de los migrantes (a un ritmo de 63 millones de dólares diarios). Por su creciente importancia, en los últimos años los gobiernos federal y de los estados han buscado alentar y facilitar la transferencia de fondos del exterior, reducir sus costos y potenciar su impacto como herramienta de desarrollo. No son pocos los que llevan su optimismo al extremo de plantear que las remesas pueden ayudar a resolver algunos problemas estructurales en el país.
No hay duda que este tipo de transferencias monetarias tiene un impacto positivo en la economía familiar. Las remesas constituyen recursos estratégicos (representan –en promedio– alrededor de 40% del ingreso corriente de los hogares que las reciben) que ayudan a las familias a mitigar las angustias económicas y actúan como una red de seguridad. Los hogares las utilizan principalmente para adquirir bienes de consumo básico y para financiar la inversión en educación y salud.
Sin embargo, en contra de lo que comúnmente se cree, no son los más pobres los que reciben la mayor parte de las remesas. De acuerdo con los datos disponibles, sólo uno de cada tres dólares se dirige a los hogares en condición de pobreza. Por esta razón, no debería sorprender que los efectos de las remesas sobre la pobreza sean más bien modestos, como lo ratifica un estudio reciente del Banco Mundial. Se estima que si no fuera por estos recursos, la pobreza extrema en México tan sólo aumentaría de 13% a 15% de los hogares.
Para potenciar el impacto de las remesas como herramienta de desarrollo, organismos internacionales como el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) recomiendan promover una más adecuada gestión de los activos y recursos de las familias transnacionales. Entre las líneas estratégicas que recomienda el Fomin figuran las de desarrollar incentivos para atraer a los migrantes (y sus familias) al sistema financiero, utilizar las transferencias como colateral, y asignar una proporción creciente de las remesas a otros usos como el ahorro y la inversión.
Si bien esta propuesta está muy lejos de representar una solución definitiva o preferente, es imprescindible recurrir a esta estrategia y a otras políticas complementarias para contener con decisión el explosivo crecimiento de la emigración.
(Puede haber caducado)