ÓSCAR MUÑOZ – BARCELONA

Un incendio quemó ayer por la tarde una parte de la antigua fábrica Joan de Lucena, situada en la confluencia de las calles Pere IV y Fluvià, en el barrio del Poblenou. Este recinto está ocupado desde hace tres años por unas setenta personas – familias enteras con niños-, en su mayoría portugueses de etnia gitana, que se dedican a la venta de chatarra, papel y cartón.

El fuego comenzó en una de las naves, poco antes de las seis, precisamente en una zona en la que había acumulado gran cantidad de material inflamable. Las personas que en ese momento estaban en la fábrica salieron a la calle rápidamente, por lo que no hubo heridos.

Tres dotaciones de bomberos acudieron a sofocar el incendio, que quedó controlado en menos de una hora. Mientras duró la operación se cortó parcialmente el tráfico en la calle Pere IV. Los ocupantes se concentraron en el exterior mientras los bomberos trabajaban, y a la espera de poder volver a la fábrica. “No sabemos qué ha pasado, hemos visto humo y hemos salido corriendo”, explicó Santiago, uno de los residentes.

Dentro del complejo había una decena de caravanas y otros vehículos, que los ocupantes utilizan para transportar el material y en algunos casos para dormir. Al poco de comenzar el incendio, los residentes sacaron varias camionetas fuera, para evitar que quedasen dañadas. Los bomberos no permitieron la entrada a la fábrica una vez extinguido el incendio. Argumentaron que había peligro de que se reavivaran las llamas o de que que cediera algún muro de la nave afectada. De hecho, durante el incendio una de la paredes se vino abajo.

“Lo que quieren es que no entremos nunca más, nos quieren echar de aquí aprovechando que ha habido un incendio”, manifestó Juan, otro de los ocupantes. Finalmente, a las ocho se permitió el acceso a una de las zonas que no quedaron afectadas por las llamas y en la que estaban aparcados los vehículos. Una dotación de bomberos permaneció más tiempo remojando la zona incendiada para evitar que el fuego volviera a prender.

La antigua fábrica Joan de Lucena, que posteriormente también se llamó Pedro Alier, forma parte del conjunto de antiguas factorías industriales del Poblenou que el Ayuntamiento ha decidido que se deben preservar. La propiedad del recinto es privada y ha llevado su ocupación a los tribunales y actualmente está a la espera de conseguir el desalojo.

Los vecinos han denunciado, en repetidas ocasiones, que el continuo entrar y salir de personas y vehículos en la antigua fábrica les provoca molestias. Algunos también habían alertado de la gran cantidad de material, e incluso basura, que se acumulaba en el interior del recinto.