Más de doscientos africanos descubren en el Guggenheim todo el arte de su continente

El principal objetivo de esta iniciativa social es acercar al museo al colectivo inmigrante

Deia, 19-02-2007

Elena Guisasola Bilbao

El Guggenheim recibió durante la pasada tarde a los críticos más objetivos que han visitado la muestra “100% África”. Fue ayer, durante su último día de exposición al público, y gracias a una iniciativa de BBK, del Centro de Coordinación de Iniciativas Comunitarias en Mediación y Educación Intercultural Biltzen y del propio museo. El objetivo era doble.

Por un lado, se trató de acercar al Guggenheim al colectivo africano que vive en Bizkaia, ya que «muchos de ellos ven este lugar como para gente de otros estatus y nunca se han decidido a visitarlo», según explicó Diógenes Sabana, responsable del área de mediación intercultural de Bil-tzen.

Por otro, se les quería mostrar que en esta pinacoteca también hay un hueco para el arte procedente de África. «Actualmente hay una tendencia a lo moderno y en nuestro arte ya no se ven las típicas escenas a las que antes estábamos acostumbrados. A pesar de ellos, de que las culturas cambian, nosotros avanzamos sin perder nuestros orígenes y eso se puede ver en esta exposición tan representativa», añadió Sabana.

En total, algo más de doscientas las personas que decidieron visitar la exposición y, aunque al principio se mostraron algo introvertidos, a medida que fue pasando el tiempo se fueron sintiendo más cómodos. La razón de esta timidez inicial pudo ser que para la gran mayoría de ellos, ésta era la primera vez en la que veían el Guggenheim por dentro, que atravesaban sus puertas. «En mi país sí que solía ir a ver exposiciones, pero aquí no me había decidido hasta ahora», confesaba Happy, una joven nigeriana que trabaja como peluquera en Bizkaia y que acudió acompañada de su hija de un año.

Una guía les fue explicando todas las obras que conforman la muestra y los visitantes traducían sus palabras a los compañeros que todavía no hablan castellano. Estaban interesados en conocer la historia de los autores que fueron elegidos para esta muestra y de las obras que habían creado. En cuanto la guía dejaba de hablar todos miraban al improvisado traductor. Aunque también hubo quienes prefirieron sacar sus propias conclusiones sin estar influenciados y avanzar por libre

A lo largo de las dos horas que duró la visita fueron descubriendo el arte del continente que les vio nacer. Vieron sus costumbres reflejadas en cuadros, esculturas y fotografías. «Es como un espejo», decían al observarlos. Les molestaba que la gente les hablara, que no les dejaran disfrutar. «Primero quiero ver todo y luego ya comentaré qué es lo que más me ha gustado», sostenía Williams Risky.

Una a una fueron atravesando las diferentes salas y descubriendo lo que albergaba cada una de ellas. Aunque no sólo miraban, también hablaban y daban su opinión sobre lo que estaba delante de sus ojos. En general, las críticas fueron buenas. «Los cuadros reflejan muy bien lo que son nuestras fiestas», comentaban. «Las fotografías son muy reales y los atuendos que llevan son los típicos», añadía Happy. La obra más comentada fue la escultura “Callaté” en la que se muestra una cara cuya boca está cerrada con candados y a la que se le prohíbe hablar, mientras que sus ojos lo graban todo a través de dos cintas de radio-cassete. Pero llegó el final, la última obra y la hora de regresar a casa. «No ha sido lo que esperábamos, las obras son buenas, pero creíamos que íbamos a poder ver muchas más obras, que la muestra era más extensa», afirmó Leonard Ogmleye, presidente de la Asociación de Nigeria. «Me fastidia que el título de la exposición diga que esto es África al 100% porque yo sólo he visto un 50%», añadió.

En cuanto a este último punto argumentó que «faltan muchas cosas en esta muestra porque África es un continente muy grande en el que hay más de 54 países. En la exposición hay fotografía y pintura. Nada más. Pero en nuestro continente tenemos muchas más cosas, una cultura muy rica». A pesar de ello, el balance general fue bueno. «El hecho de venir al museo ha estado muy bien y creo que alguno de ellos volverá en otra ocasión a visitar nuevas exposiciones. Yo creo que la experiencia les ha gustado y que, sin duda, repetirán», concluyó Ogmleye.

Más visitas Tanto las críticas buenas como las malas fueron bien acogidas por los organizadores de esta iniciativa. El balance general fue positivo y otros colectivos en exclusión social tomarán el relevo a este primer grupo en las visitas guiadas al Guggenheim, según apuntaron fuentes de BBK al finalizar el recorrido.

Muchas de estas personas nunca han podido visitar un museo por diferentes motivos, a pesar de que el arte es un bien común al que todos pueden y deben acceder. Ahora se les brinda la oportunidad de hacerlo.

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