Anitzak: Inmigrantes por la paz
Diario de noticias de Gipuzkoa, 19-02-2007Anitzak: Inmigrantes por la paz
JONE G. LURGAIN
Donostia. La muerte de los dos ciudadanos ecuatorianos, Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio, en el atentado de Barajas y la consiguiente ruptura del proceso de paz ha hecho emerger en muchas personas inmigrantes que residen desde hace años en Euskal Herria un sentimiento de responsabilidad, de querer hacer algo por el pueblo que les acogió y del que ahora forman parte, sin renunciar a sus raíces.
Es cierto que muchos inmigrantes, sobre todo recién llegados, observan el denominado conflicto vasco como algo ajeno. Sin embargo, sería injusto obviar a aquellos que se sienten comprometidos y llevan algunos meses trabajando para ayudar a conseguir una paz definitiva.
Cuando estaban a punto de presentar su iniciativa ante la opinión pública, el atentado de ETA trastocó todos sus planes, pero no los objetivos que les llevó a crear Anitzak.
Personas de otras regiones del Estado, como Galicia, Extremadura o Andalucía, y de otros países, como México, Nicaragua, Argentina, República Dominicana, Sáhara, Marruecos, Italia o Irlanda, entre otros, que residen en algún punto de la geografía vasca, se han puesto en contacto en estas últimas semanas con el fin de dar el impulso definitivo a Anitzak.
Este colectivo de ciudadanos de ideología plural y diferentes sensibilidades abre sus puertas a todos aquellos inmigrantes que, como ellos, desean solidarizarse con el pueblo vasco y mostrar su apoyo a un proceso de diálogo en ausencia total de violencia que acabe con este conflicto que ha generado tanto sufrimiento.
Todos ellos tienen su particular visión sobre el conflicto. Y es que el apego hacia el pueblo vasco, lógicamente, no es el mismo entre aquellos que llegaron en los años 70 desde distintas comunidades autónomas – la mayoría se sienten vascos – y aquellos que proceden de otros continentes, de países en conflicto o azotados por la pobreza y la guerra. Lo que sí comparten sin diferencias es su cariño a un pueblo que “tiene derecho a vivir en paz”.
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