Una «invasión» de protesta pacífica

La Razón, 18-02-2007

La situación del club no pasa desapercibida en Lima. Cerca de mil personas
invadieron esta semana el exclusivo centro turístico para denunciar las
prácticas racistas que impiden el acceso público y el baño en las playas a
las empleadas del hogar. Convocados por la Coordinadora Nacional Pro
Derechos Humanos y Amnistía Internacional, centenares de activistas,
empleadas del hogar, peruanos solidarios y algún que otro extranjero se
sumaron a la iniciativa vestidos con trajes de niñeras y limpiadoras, así
como con camisetas con el lema «Basta de Racismo» . La caravana partió en
autobuses y vehículos particulares desde Lima hasta Asia, situado a 97
kilómetros al sur de la capital. Allí se daban cita los manifestantes que,
de forma pacífica, atravesaron los controles de entrada, habitualmente
cerrados al público, irrumpieron en la playa, formaron una gran cadena
humana para después darse un chapuzón en las frías aguas del Pacífico bajo
la mirada atónita de veraneantes y fuerzas del orden. «Llamamos a una
reflexión sobre la situación de las empleadas que sufren una
discriminación bestial», relata una defensora de los Derechos Humanos.
   

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