C. DE LA HOZ

MADRID. No está la situación para echar las campanas al vuelo y quizá por eso la vicepresidenta primera, Teresa Fernández de la Vega, optó por cierta cautela a la hora de evaluar la marcha de las negociaciones, aunque reiteró que «el trabajo está dando sus frutos».

Según defendió durante su comparecencia tras la reunión del Consejo de Ministros, «el Gobierno no ha elegido la política más fácil. Ahora no se solucionan las cosas de cualquier manera, sino desde el respeto a la Ley y a los Derechos Humanos y en colaboración con los países de origen» lo que, admitió, «es un tema complejo». Aseguró que España y Mauritania están trabajando «para cuidar de la mejor manera posible» a los inmigrantes, tarea que «no es fácil ni sencilla». En cuanto a la India, dijo que la embajadora en España «ha señalado que en cuanto se identifique a sus nacionales, serán repatriados». Tras reconocer su trabajo a las FSE, después de las deplorables condiciones en que han tenido que desarrollar su labor, informó de la desaparición de la tarjeta de residente para los ciudadanos de la UE y la equiparación de las parejas de hecho para el reagrupamiento familiar. También se agilizarán los trámites para los «fichajes» extranjeros y se crea un Plan de Ciudadanía para facilitar la integración de los inmigrantes.