M. PORTILLA

MADRID. España se ha convertido en el país – en relación al Producto Interior Bruto (PIB) – desde el que los inmigrantes envían más dinero a sus naciones de origen. Así, desde enero a noviembre de 2006, los inmigrantes enviaron mediante remesas un total de 5.601 millones de euros, según datos del Banco de España. Esa cifra supone un 35,6% más que en el mismo periodo del año anterior, cuando mandaron un total de 4.129 millones, con lo que probablemente las remesas del ejercicio pasado superarán los 6.000 millones, frente a los 4.614 millones de 2005.

Estas cifras forman parte de un informe del Banco Mundial sobre el impacto que están teniendo las remesas en el desarrollo de Iberoamérica, según manifestó ayer en Madrid el economista perteneciente a este organismo Humberto López, en un acto organizado por el BBVA.

El Banco Mundial estima que durante el año pasado los inmigrantes iberoamericanos enviaron a sus países desde todo el mundo un total de 60.000 millones de dólares (unos 45.800 millones de euros al cambio actual), frente a los 48.000 millones de dólares de 2005 y los 42.000 de 2004.

Humberto López destacó que el volumen de remesas que recibió Iberoamérica el año pasado es casi el mismo que la inversión extranjera directa en esa región y seis veces mayor que la ayuda oficial al desarrollo que se les otorga.

Iberoamérica es el área geográfica que más remesas recibe del mundo, seguida del este de Asia, aunque la población de ésta es cuatro veces mayor. Como referencia del impacto de las remesas el Banco Mundial precisa que por cada 1% que suben las remesas en relación al PIB se reduce la pobreza de ese país en un 0,4%.

Más de diez países iberoamericanos reciben remesas por más de 1.500 millones de dólares, siendo México el líder indiscutible, con 22.000 millones de dólares (unos 16.800 millones de euros), le siguen Colombia y Brasil, con menos de 5.000 millones de dólares cada uno.

Por su parte, el director del Servicio de Estudios del BBVA, José Luis Escrivá, destacó la importancia de las remesas para el desarrollo de esos países, y de que se canalicen a través de la banca de cara a reducir la informalidad de esas economías.

El BBVA está extendiendo su negocio en Estados Unidos en un intento de captar gran parte de las remesas que se envían desde ese país a México.