Un pasajero del avión secuestrado relata los hechos
¡El avión ha sido secuestrado. Sigan las instrucciones!
La Vanguardia, 16-02-2007Las Palmas de Gran Canaria. (EFE). – El comandante del
Boeing 737 – 700 de la compañía Air Mauritane secuestrado hoy cuando
volaba hacia Gran Canaria informó al pasaje del suceso durante el
vuelo con un mensaje inesperado: “¡El avión ha sido secuestrado!.
Deben seguir las instrucciones. Nos dirigimos a Dajla”.
Así lo relató esta madrugada el ciudadano mauritano Mohamed
Ahmed, de 37 años, en el aeropuerto grancanario tras el secuestro
del avión en el que viajaba, junto a otros 70 pasajeros, por un
hombre de raza árabe.
Mohamed Ahmed, quien lleva ocho años viviendo en Fuerteventura y
actualmente se encuentra sin trabajo, relató que, cuando el avión
volaba entre Nuackhot, la capital de Mauritania, y Nuadibú, donde
tenía que hacer escala antes de proseguir a Gran Canaria, el
secuestrador esgrimió dos pistolas, una en cada mano, y entró en la
cabina del aparato.
Puso las armas en la nuca del comandante y le conminó a que
desviara el rumbo hacia la ciudad marroquí de Dajla para reponer
combustible y, a continuación, dirigirse a Francia.
Tras informar al pasaje del secuestro, el comandante dirigió el
vuelo hacia Dajla, pero Marruecos rechazó su aterrizaje, por lo que
el avión siguió hacia Gran Canaria.
El secuestrador, un hombre de unos 40 años, se quedó dentro de la
cabina con el comandante e hizo salir de ella al copiloto.
Según contó Mohamed Ahmed, la idea de reducir al secuestrador
partió de un grupo de hombres que se coordinaron con el copiloto,
quienes decidieron que las mujeres y los niños se sentaran en la
parte de atrás del avión y los hombres fueran en la delantera.
Mientras la tensión crecía entre los pasajeros del Boeing
737 – 700, algunas mujeres comenzaron a llorar.
Unos cinco hombres “se pusieron pegados a la puerta de la
cabina”, contó Ahmed, y se conjuraron para actuar cuando tuvieran la
más mínima oportunidad.
Así, “cuando aterrizamos, aprovecharon el empujón del aterrizaje
entraron en la cabina y se abalanzaron sobre el secuestrador”, que
portaba una pistola en cada mano.
En ese momento “de mucha confusión”, el aparato aterrizó con un
frenazo, el comandante abrió las puertas de emergencias del avión y
algunos pasajeros se lanzaron a las pistas desde el aparato, por lo
que hubo numerosos heridos con contusiones.
“Cuando subió la policía, el secuestrador estaba reducido y atado
con cuerdas”, explicó Mohamed Ahmed.
“La gente se puso muy nerviosa y las mujeres y los niños
corrieron por las puertas”, añadió.
A la pregunta de por qué habían sido tan valientes al hacer
frente al secuestrador, Admed dijo: “es mejor perder a una persona,
que perder a todas”.
Uno de los cinco hombres que redujeron al secuestrador, Limame
Malek, quien vive en Mauritania, explicó que el grupo de hombres que
preparó el ataque estaba formado por voluntarios.
“Eran cinco hombres fuertes y voluntarios preparados para
atacar”, explicó.
Aunque el secuestrador se había quedado sólo con el piloto y echó
al copiloto de la cabina, ambos tripulantes “mantenían alguna
comunicación”.
Así, “sabíamos que el piloto iba a pegar el frenazo en el momento
de aterrizar y ésa era la señal de luz verde de que había que entrar
con fuerza”, relató Malek con gran vehemencia una vez ya en Gran
Canaria.
“Fue un momento muy difícil, porque el lugar era muy estrecho,
teníamos que entrar todos a la vez y el secuestrador iba armado”,
explicó.
Cuando entraron, se abalanzaron sobre el secuestrador en un
momento de gran confusión.
“Lo agarramos y de pronto no sabíamos dónde tenía las armas”,
pero entre todos pudimos con él, añadió.
Un español llamado Juan Manuel, un pasajero malagueño que trabaja
en Mauritania, explicó que una de las azafatas sospechó del
secuestrador porque le hizo varias preguntas relativas a la
seguridad del avión.
Al observar la suspicacia que sus indagaciones habían provocado,
el secuestrador se levantó, entró armado en la cabina y amenazó al
comandante.
Según Juan Manuel, en el avión viajaban dos o tres españoles y
unos tres o cuatro niños.
El secuestrador quería volar a París y desvió el avión a Dajla
para repostar combustible, ya que no había suficiente para hacer el
viaje hasta la capital francesa, pero al negarles el permiso para
aterrizar, continuaron hacia Gran Canaria, relató el malagueño.
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