"Marine I"
Diario de Navarra, 16-02-2007LOS 299 inmigrantes que aún permanecen en el puerto de Nuadibú a la espera de ser repatriados a India han originado una crisis que pone en cuestión la actuación del Gobierno con países que se consideran amigos y con los que las relaciones de confianza debieran ser el punto básico, de tal manera que los momentos de crisis como la provocada por el barco negrero Marine I se aborden bajo esos principios con la certeza de que se van a resolver.
LOS 299 inmigrantes que aún permanecen en el puerto de Nuadibú a la espera de ser repatriados a India han originado una crisis que pone en cuestión la actuación del Gobierno con países que se consideran amigos y con los que las relaciones de confianza debieran ser el punto básico, de tal manera que los momentos de crisis como la provocada por el barco negrero Marine I se aborden bajo esos principios con la certeza de que se van a resolver . La autoridades mauritanas han tenido en este asunto un comportamiento errático, después de que por parte de nuestro país se interceptara el barco en alta mar y se encaminara al puerto mauritano, aunque desde el primer momento el Gobierno español mostrara su decisión de hacerse cargo de todo el proceso de repatriación de los inmigrantes ilegales. Mauritania no puede escudarse en su situación interna para no cumplir con los estándares mínimos de comportamiento exigidos por los organismos internacionales que velan por la vida y seguridad de los refugiados, como demostró con su tardanza en admitir la entrada del barco en el puerto, que se produjo tres días después de que la vicepresidenta del Gobierno Fernández de la Vega anunciara su atraque inmediato, y después de que el propio secretario de Estado Bernardino León viajara a Mauritania para ofrecer todo tipo de seguridades, lo que supone un auténtico desaire al Gobierno español.
Es imprescindible que entre España y Mauritania se establezca un protocolo de actuación para situaciones similares que puedan producirse en un futuro, y el Ministerio del Interior debe evitar que se produzcan situaciones como las padecidas por los policías españoles enviados a realizar las labores de repatriación y ofrecerles una cobertura adecuada de sus condiciones de vida y de trabajo, que en este caso se han desarrollado en condiciones infames.
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