"El Mañana". MÉXICO: "Cuando se van los mexicanos"

Prensa Latinoamericana, 14-02-2007

Matamoros, Tam. (El Mañana).-
Nuestro país, México, tiene una peculiaridad única en el mundo. Somos un país en vías de desarrollo, con una frontera de tres mil kilómetros con la nación más desarrollada: Estados Unidos. Esta frontera equivale a la distancia que existe en Europa entre París y Moscú, lo cual nos da una idea de su tamaño. Somos además una nación de gran población: ciento siete millones de personas, y formada en la mayor parte por jóvenes.

Las diferencias económicas entre los dos países hacen atractiva la migración de nuestros jóvenes, lo cual ocurre también en otros países, sólo que nosotros estamos muy cerca y somos muchos. El tema de migración es de todos conocido y siempre presente por las difíciles condiciones económicas de México. Casi todas las familias tienen una historia que contar sobre las dificultades a las que se enfrentan los indocumentados.

Cuando se van

En algunas regiones de México, los jóvenes entre 16 y 28 años acostumbran emigrar hacia el norte, conducta que ya forma parte de la cultura en esas áreas. Sin embargo, la causa real que condiciona esta tradición es la persistencia de la falta de opciones laborales en esos lugares.

Este fenómeno de flujo migratorio es cíclico. Muchas personas emigran y regresan a su lugar de origen para luego nuevamente retornar a su destino laboral en los Estados Unidos. Estos ciclos son casi siempre anuales.

Los estados que tenían mayor flujo migratorio eran Guanajuato, Zacatecas y Michoacán; actualmente también se incluyen los estados de Puebla, Oaxaca, Jalisco, Hidalgo y casi ya todo el territorio nacional. En Tamaulipas, las ciudades del sur, Tula, Jaumave, e incluso otras de mayor población se han quedado casi sin jóvenes.

Así como también son tradicionales los lugares geográficos de cruce y de destino laboral, existen rutas que son tradicionales. En este tránsito humano ocurre que en el lado americano, la delincuencia organizada y no organizada los explota, los asalta, los violenta física y sexualmente, y en el extremo de los casos les quita la vida.

Del lado norteamericano, existe el cuerpo de vigilancia conocido como Border Patrol o Patrulla Fronteriza, la cual lleva a cabo las detenciones y el repatriamiento a través de los cruces y puentes fronterizos. Existe también una vigilancia civil por parte de los residentes, quienes incluso han llegado a situaciones fatales de violación de los derechos humanos de nuestros connacionales, como es el conocido caso de la frontera en Arizona.

Esta vigilancia se ha venido ejerciendo cerca de las comunidades fronterizas y debido a que estas operaciones de bloqueo por parte de la Patrulla Fronteriza se hace en los lugares tradicionales de cruce ilegal, ha provocado que los flujos migratorios se trasladen hacia el desierto, la montaña y donde el río Bravo es más peligroso.

Esta situación provoca cerca de medio millar de muertes al año por causas diversas como: insolación, piquetes o mordidas de animales ponzoñosos, hambre, deshidratación y ahogados, así como algunos asesinados.

Sin embargo, dado que esta operación de bloqueo por las ciudades norteamericanas eleva los costos humanos de entrada y salida, se ha generado un cambio de conducta en el ciclo de migración.

Los nuevos movimientos migratorios no sólo implican la salida del hijo, hija o del padre, sino de toda la familia, con la finalidad de evitar correr los riesgos que implica cruzar periódicamente la frontera. De esta manera, una medida que fue diseñada para el control fronterizo ha hecho que se aumente el número de indocumentados en el territorio norteamericano.

Cuando allá se quedan

Los emigrantes indocumentados que deciden y logran quedarse en los Estados Unidos, sobreviven restringidos en sus derechos humanos ante el temor de la persecución, la barrera cultural y la preocupación de ser objeto de abuso que algunos patrones ejercen por su condición de ilegalidad. Esto tiene fuertes implicaciones en la calidad de vida tanto en su bienestar como en su libertad personal.

Por ejemplo, cuando nuestros connacionales enfrentan la necesidad de servicios de salud, tienen que pagar altos costos económicos y humanos, al carecer de información completa sobre hospitales o centros de atención médica, además de la desconfianza que existe por el temor de ser consignados a las autoridades de Migración. Esto tiene graves consecuencias, ya que cuando se enferman o accidentan, frecuentemente se agravan o mueren. Algunos accidentes son de origen laboral. La calidad de sus vidas, definitivamente, se torna más crítica cuando se han llevado a sus familias.

El acceso a los servicios de educación en los Estados Unidos para nuestros emigrantes se ve afectado por los marcos jurídicos estatales, dándose casos como el del estado de California, en donde la Ley excluía a los indocumentados de los derechos de educación y salud pública, que afortunadamente fue corregido en fechas recientes.
Esta discriminación ha derivado, aparte del problema de salud, en un grado de alto analfabetismo de nuestros niños y de nuestros jóvenes mexicanos que viven en Estados Unidos de manera ilegal, de tal forma que su nivel educativo es mucho más bajo que el promedio que tenemos en México. Además se enfrentan al choque cultural y del idioma, lo cual hace que estos mexicanos que salieron en busca de mejores condiciones de vida estén pagando un alto precio humano.

Cuando regresan

Normalmente año con año se tiene un éxodo a través de nuestra frontera norte de los mexicanos que regresan a sus lugares de origen. Se les ha asignado el nombre de paisanos en los programas gubernamentales de apoyo que se han diseñado en el pasado. El principal problema se presenta, irónicamente, cuando cruzan al lado mexicano, ya que son sujetos a largas esperas burocráticas en las aduanas o víctimas de extorsión por parte de las autoridades fronterizas.

Siempre corren el riesgo de la inseguridad personal y también de su patrimonio. Exponen sus ahorros y pertenencias durante todo el trayecto, al traer consigo dinero en efectivo, que por los altos costos de transferencia de dinero de los Estados Unidos a México los transportan de esa manera. Es conocimiento público que se ven obligados a transitar con granes sumas, lo que despierta la ambición de la delincuencia y de malos funcionarios públicos.

El gobierno federal cuenta con el programa Bienvenido Paisano, el cual trata de informarlos sobre sus derechos y obligaciones a la hora de llegar a México, así como difundir el deseo de atención apropiada a los funcionarios públicos. Este programa es difundido a través de los consulados y coordinado en el país por la Secretaría de Gobernación. Cuenta con la participación de la Cámara de Diputados, mediante un programa paralelo llamado Diputado Amigo en los principales cruces fronterizos.

Conclusión

A pesar de las diversas acciones ya realizadas, el gobierno de México tiene una obligación incumplida con los emigrantes mexicanos; debe realizarse una diplomacia, una política social y una legislación orientada a proteger y defender los derechos de los mexicanos que viven en el extranjero.
Está próxima la visita del presidente de Estados Unidos, George W. Bush; está el embajador Tony Garza con voluntad y buen entendedor de los asuntos mexicanos. La oportunidad del nuevo gobierno federal de la gestión diplomática está a la vista. Esperemos exista la sensibilidad y habilidad de obtener resultados.

Estos esfuerzos deben ser realizados con plena conciencia y con resultados efectivos cuanto antes. Hay nueve millones de razones, nueve millones de mexicanos en el extranjero.

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