"El Universo" ECUADOR: "¿Políticas para la migración?"
Prensa Latinoamericana, 14-02-2007Javier Ponce
El drama de los dos inmigrantes muertos en el atentado de Barajas, en Madrid, se ha sellado en medio de homenajes, la concesión de la nacionalidad española a los familiares y una anciana mirando el Mediterráneo con sus nuevos ojos, tal vez sin entender qué le estaba ocurriendo.
Mientras tanto, frente a las costas africanas, cuatrocientos inmigrantes permanecen desde hace seis meses a bordo del Marine I, esperando sin éxito y con angustia que un país los acoja para expatriarlos; una imagen que recuerda las naves de los locos del medioevo, en las que se embarcaba a los apestados para que se extingan con el paso del tiempo en alta mar.
Finalmente, decenas de bolivianos son devueltos a su país desde el aeropuerto de Madrid, porque intentan aprovechar los últimos días que les quedan sin necesidad de contar con visa.
¿Acaso las respuestas de emergencia a dramas tan intensos pueden ser materia de particulares políticas migratorias?
Tal vez no. Como tampoco la respuesta del Estado ecuatoriano puede reducirse a encontrar salida a centenas de ecuatorianos perjudicados por Air Madrid, o conceder el derecho al voto en las elecciones.
Personalmente pienso que las políticas migratorias no deben sustentarse en el carácter dramático de la migración ni pueden convertirse ni en paliativos o arreglos financieros para que las remesas reciban menos castigo por parte de los intermediarios, ni tampoco en acuerdos bilaterales. No. Pienso que es necesario entender este tema en el marco de las políticas internacionales de nuestros países y con un carácter regional.
Europa, poco a poco, va estableciendo barreras para la migración a nivel de todo el continente. La jefa del Gobierno alemán ha hablado claro: Europa tiene tres “problemas” básicos: el terrorismo, las migraciones y el calentamiento global. Somos, por tanto, parte de un problema, y de un problema político que requiere de nosotros también una respuesta política.
Si el gobierno de Rafael Correa nació estrechamente vinculado a la migración, le toca abordarlo como un elemento de su política internacional. No es un tema aislado, que exige políticas aisladas. Tiene estrecha relación con los intercambios comerciales, con la cooperación internacional, con las políticas sociales y económicas del régimen.
Es cierto que un escenario para colocar en su dimensión el conjunto de cambios es la Asamblea Constituyente. Pero también por su parte el Gobierno puede abrir un debate en torno al tema migratorio en conjunto, al menos con los países andinos.
En el Ecuador pasamos de dolernos por el drama de las familias de la migración a los afanes por orientar los flujos de las remesas. Más allá de eso está el abandonar una mirada del “otro” como alguien que no somos nosotros, que está al margen y que requiere de medidas en pro de los derechos humanos (que generalmente aplicamos con los “otros”, no con nosotros). No lo ven así en los países europeos. Allí lo están mirando, al mismo tiempo que, como un tema de derechos humanos, enmarcados en una política general de control y restricción de la migración. Mientras tanto, nosotros no hemos ubicado el tema migratorio en la agenda del país. Seguimos tratándolo como un “fenómeno” que ocurre en los linderos de nuestra sociedad. Parece indispensable “politizar” el tema.
(Puede haber caducado)