…Tras más de dos meses de travesía y una semana averiado frente a las costas mauritanas, el “Marine I”, buque con 372 inmigrantes a bordo, atracó ayer en el puerto de Nuadibú y pudo desembarcar a su pasaje, la mayoría de origen asiático. Un viaje éste que ha vuelto a poner de manifiesto la hipocresía que se respira en esta Europa de la que tan orgullosos nos sentimos. A veces. Pues tras lo ocurrido con este barco, la verdad es que uno empieza a sentir vergüenza de llamarse europeo. Pero no sólo este ente económico no ha estado a la altura, en Canarias se han escuchado algunas voces que sitúan a la clase política y dirigente de las Islas en un pésimo lugar. A muchos de ellos se les llena la boca cuando se trata de hablar de solidaridad, pero sólo eso, hablar, ya que llegado el momento de pasar a los hechos, lo que menos se ve es, precisamente, solidaridad. Negarse tajantemente a que el “Marine I” atracara en territorio español no es, desde luego, un ejercicio fraternal. De nada sirve jalonar los discursos con mensajes idílicos, llenos de palabras bonitas que definen a este Archipiélago como un territorio de paz, abierto, multicultural y demás cantinelas si, a la hora de la verdad, se cruzan de brazos mientras varios centenares de personas corren peligro de perder la vida en el mar. Así no se construye nada. Todo lo contrario, se destruye. …Está claro que existen unas normas que cumplir y que si el “Marine I” fue localizado en aguas internacionales la legislación dicta que el buque debe ser llevado al puerto más cercano, en este caso el de Nuadibú, en Mauritania. Nada que objetar a la norma, siempre y cuando no se ponga en riesgo la vida de las personas, como ha ocurrido en este caso. Además, hay que tener en cuenta que este país africano apenas tiene recursos para acoger a estos inmigrantes de hecho, sus propios habitantes intentan abandonarlo por todos los medios, con lo cual la situación es bastante absurda, por no decir inhumana. Es igualmente cierto que si se hubiera hecho la vista gorda con esta norma se estaría creando un precedente de consecuencias impredecibles, pero se está hablando de vidas humanas, no de un buque cargado de material peligroso.

…Llegados a este punto y una vez atracado el “Marine I” en el puerto de Nuadibú habrá que estar muy atentos a lo que sucede con los 372 inmigrantes. No se trata de alarmar a nadie, pero la mayoría de ellos son naturales de países asiáticos en guerra y su repatriación va a resultar compleja. Lo cierto es que van a ser trasladados a España, adonde algunos no querían que llegara el barco. Ahora, tras pagar una buena suma de dinero a las autoridades de Mauritania para que permitieran su desembarco y alguna contraprestación más, ¿habrá alguna mente despierta que exija que entren en nuestro país? ¡Vaya espectáculo!