La juventud de las madres inmigrantes rebaja de 32 a 30 años la edad media en el primer parto
Diario de Navarra, 13-02-2007MARTÍN RUIZ. PAMPLONA.
La natalidad se está reactivando. En el último año, 4.533 mujeres han sido madres en el Hospital Virgen del Camino, que abarca el 70% de partos de Navarra. Un año antes, eran 4.336, lo que implica un incremento cercano al 5%. Con todo, se estima que el total de nacimientos superó los 6.500. Otro indicador relevante es que la edad media de las primerizas se sitúa en 30,6 años durante 2006. Un año y medio menos que el valor de 2005: 32 años. La generación del baby boom – explosión de natalidad de mediados de los 70 – ya está cumpliendo los 30 – 34 años, la edad en la que se tiene una mayor tendencia a la maternidad. La rebaja en la edad media en el primer parto se debe según los expertos a la pujanza de las madres inmigrantes, que dan a luz en torno a los 26 años, según un informe del Instituto de Estadística de Navarra, mientras que las primerizas autóctonas siguen alumbrando por encima de los 32.
A este impulso de natalidad está contribuyendo sobre todo la llegada de inmigrantes en edad fértil y con tendencia mayor a la maternidad. La última Encuesta de Condiciones de Vida de la Población Navarra, elaborada por el Instituto de Estadística de Navarra (IEN), responsabiliza a este grupo del 93% del crecimiento demográfico experimentado en la Comunidad foral desde 1991.
Estos signos, junto al ahora conocido descenso de la edad media de las madres primerizas, son buenas noticias de cara a la sostenibilidad demográfica de la Comunidad foral.
Tendencia aún al alza
No obstante, expertos como el sociólogo de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) Jesús Hernández Aristu aconsejan «cautela». «La tendencia en la edad media de las madres sigue siendo al alza. Para poder valorar un cambio de tendencia hay que evaluar al menos cinco o seis años», aclara.
«Una edad de la primera maternidad superior a 30 debería preocupar», asegura. Al menos, «mientras no se pongan en marcha de forma amplia sistemas de fecundación asistida, de congelación de óvulos y embriones, etc». El motivo es que «las carreras profesionales son muy importantes para todo el mundo, también para las mujeres».
«Cada vez somos más conscientes de la repercusión de las acciones personales. Antes de tener un hijo, se procura tener estudios, cuajar un poco en el mercado laboral, comenzar a adquirir una vivienda… y esas cosas cuestan».
«No se puede adelantar aún un cambio de tendencia», advierte este experto en temas de familia y cambio demográfico, «pero tal vez se esté comenzando a ver que la estabilidad (casarse para siempre, tener trabajo para toda la vida…) ha perdido importancia. Por lo tanto, se empieza a dar por sentado que ya no es imprescindible vivir en un entorno estable para tener un hijo, porque si no, algunas no lo tendrían nunca».
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