(Firma: Fernando Iturribarría | Lugar: parís)

«Para mí, [el descubrimiento de América] no es un gran momento de la historia….». De esta poco diplomática manera declinó Jacques Chirac la invitación del rey Juan Carlos para sumarse a los actos conmemorativos del V Centenario. Lo revela el propio presidente francés, entonces alcalde de París, en un libro entrevista de memorias con el periodista Pierre Péan, que sale a la venta la próxima semana.


Algunos extractos de L’inconnu de l’Elysée ( El desconocido del Elíseo, ) fueron adelantados ayer por el semanario Marianne. Habla Chirac: «No tengo admiración por esas hordas que vinieron a América para destruir. Me pidieron que participara en la celebración de ese acontecimiento. El Rey de España me llamó cuando se enteró de mi decisión de no adherir a París.


« – Me ha dejado estupefacto enterarme de que has decidido que París se abstenga…


– Para mí, ése no es un gran momento de la historia….»


Tras este recordatorio, Chirac comenta que «no está históricamente fundamentado. No fue Colón quien descubrió América, sino los vikingos, cinco siglos antes. No se anduvieron con tantas historias y, por añadidura, tuvieron la elegancia de destruirse ellos mismos», añade.


El libro desvela a un Chirac defensor de los pueblos primigenios, apasionado por las culturas asiáticas y africanas, y furibundo detractor del colonialismo, ultraderechismo, racismo y la xenofobia.


De África, dice: «Tras haber robado su cultura, hemos robado sus recursos, sus materias primas valiéndonos de la mano de obra local. Les hemos birlado todo y repetimos que no valían para nada…».


Asuntos familiares


Chirac también ofrece su lado más humano cuando habla, por primera vez, de la enfermedad de Laurence, su primogénita. «Ha sido y es el drama de mi vida. Tenía una hija que era inteligente, guapa y que, a los quince años, fue presa de anorexia mental». «Para mí, es verdaderamente muy doloroso». «Mi mujer ha tenido el mérito extraordinario de siempre haber procurado que ese problema me afectase lo menos posible a lo largo de mis responsabilidades».


El otro mérito de Bernadette Chirac ha estribado en apechugar con su bien merecida fama de mujeriego.