"El Tiempo". COLOMBIA: "Entrevista con Gerardo Ardila, editor de 'la Biblia' de la migración colombiana"
El antropólogo coordina el Programa Universitario de Estudios sobre Movilidad Humana.
Prensa Latinoamericana, 11-02-2007¿Los colombianos deberían formarse para la emigración, como lo ha propuesto Alejandro Gaviria?
Es muy preocupante que un economista con tanto poder sienta que en Colombia no hay alternativas. Sobre todo porque el crecimiento de la migración es un síntoma del fracaso del Estado.
Él y Mauricio Cárdenas (director de Fedesarrollo), entre otros, entienden la migración solamente desde la perspectiva de las remesas, del alivio que estas representan para la economía del país.
Ver a los migrantes como un mecanismo de equilibrio de la economía es peligroso.
¿Por qué?
Porque no se los asume como gente, con la idea de atenderlos, sino siempre como una posibilidad de enviar algo hacia Colombia. Toda la política estatal se centra en ferias de vivienda y en captar ayudas o remesas, pero a los colombianos en el exterior no les están llegando los beneficios.
Esto hace que se sobredimensionen las remesas. Yo pregunto: ¿Qué pasa con la responsabilidad política y económica que tiene el Estado con los desempleados que están subsistiendo gracias a ellas?
¿Qué clase de personas se están yendo del país?
La migración se feminizó. No solo porque más del 60 por ciento de los que se van son mujeres la mayoría profesionales de 30 a 55 años, sino porque las posibilidades de empleo recaen fundamentalmente en ellas. Es impresionante la cantidad de trabajadoras sociales, fisioterapeutas y enfermeras enganchadas en labores domésticas.
La feminización se ve también en las remesas: el 70 por ciento de quienes las envían son mujeres y un porcentaje similar de los receptores también lo son.
¿De dónde provienen estos emigrantes?
La mayor parte sale de Bogotá y Cundinamarca, con la salvedad de que muchos no son propiamente bogotanos, sino gente que llegó a la capital en busca de oportunidades que no encontró. Luego están los del Eje Cafetero.
¿Qué es lo más interesante que han encontrado las últimas investigaciones sobre colombianos en el exterior?
Un aspecto poco estudiado es la cantidad de políglotas. Algunos no hablan los idiomas de los países de recepción, sino los de la subsistencia: los que se manejan en los barrios a los que les toca llegar. En Europa, por ejemplo, muchos colombianos hablan lenguas africanas.
¿Cuál es su condición social?
A diferencia del siglo XIX y buena parte del XX, cuando las que salían eran las élites, se trata de masas que en su mayoría terminan insertadas en el nivel laboral más bajo.
En este momento, más que café y petróleo, Colombia está exportando mano de obra barata. Tanta, que de la ‘exportación de gente’ proviene una de las inversiones extranjeras más importantes para el país: las remesas.
Para poder enviar plata, estas personas pierden su estrato socioeconómico original. A eso súmele los problemas que implica el hecho de que muchas son indocumentadas.
Si las cosas son tan duras, ¿por qué no regresan?
Porque en Colombia no hay opciones. Sea como sea, allá tienen empleo y están manteniendo a sus familias. Además hay cosas que los colombianos en el exterior valoran mucho, como la (relativa) disminución de la inseguridad.
¿No sería mejor bajar de estrato aquí y adaptarse?
Eso es fácil de decir, pero difícil de hacer. Una de las ventajas de irse es que usted sale ganando con el cambio (de divisas). Esto le permite mantener el estrato de su familia en Colombia e inclusive darle un lugar de preeminencia.
Los hijos, por ejemplo, se vuelven los ‘chachos’ de la cuadra porque reciben una remesa que los mantiene con salario así no tengan empleo y porque acceden a bienes de prestigio, como música y camisetas importadas.
¿Qué pasa cuando la familia se reagrupa?
La imagen de la madre exitosa se desbarata en el momento del encuentro. Esos jóvenes que aquí son los ‘chachos’ llegan allá y automáticamente ocupan el lugar más bajo y son discriminados. Muchos encuentran que la única opción es asociarse en bandas y las relaciones familiares sufren terriblemente.
Es una tragedia.
Pero también hay gente a la que le va bien…
Difícilmente creo que haya 10 mil colombianos bien colocados en el exterior.
¿Qué tanto pesa la comunidad de paisanos en el éxito de una persona?
En el exterior no hay comunidades colombianas. La desconfianza mutua no permite que se constituyan. Si alguien tiene un negocio relativamente boyante, todos los demás sospechan de su origen.
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