BandasRumores y realidades
Diario de Noticias, 11-02-2007p AMPLONA no es Alcorcón, eso es evidente. Y aunque se ha detectado la presencia de grupos latinos en la capital navarra, tanto los expertos como los propios jóvenes reconocen que su grado de fuerza y organización están lejos del nivel que pueden alcanzar en otros puntos del Estado. Pero los conflictos existen. Y a pesar de que estos jóvenes sienten que a raíz de los sucesos de Madrid se les ha colocado en el centro de la polémica, hay quien no niega que en el futuro se pudiesen reproducir este tipo de enfrentamientos, aunque no quieren caer en el alarmismo. La cuestión de las bandas es como las meigas, que haberlas, hailas , aunque no existe mucha disposición a la hora de hablar sobre ellas.
En un recorrido por Pamplona o las localidades limítrofes no es difícil situar los lugares de reunión preferidos de estos jóvenes. El parque de Biurdana es uno de ellos. La primera pregunta es evidente, cuál es su sentimiento hacia los sucesos de Alcorcón. “Los medios de comunicación han criminalizado a los latinos”, señala William, sentado en un banco junto a sus amigos. Tienen entre 16 y 18 años. La segunda pregunta no encuentra una respuesta tan clara. “¿Existen bandas en Pamplona?”. Silencio. “Si las hay, lo llevan en secreto, no quieren que la Policía se entere”, señala uno de ellos. La reciente publicación de que los Latin King, uno de los grupos más conocidos, pretende establecerse en Pamplona siguiendo el modelo catalán – legalización como grupo cultural – no les pilla de sorpresa, aunque subrayan “no conocer” a ninguno de sus integrantes. Unir la palabra banda y la prensa significa para ellos una especie de caza de brujas .
“Aquí no pasa como en Madrid, que tienen que pagar para jugar en las canchas”, remarca Chavo. “Allí hay mucha gente, están muy organizados y cuentan con muchos miembros”. Otro joven interviene: “Dicen que hay cincuenta Latin King en Pamplona… no lo sé, aunque si existen, no lo dicen”. Esta opinión la comparte Óscar (nombre ficticio), un peruano que ronda los treinta años y que antes de residir en Pamplona, vivió en la capital del Estado: “Madrid es muy distinto… aquí no pasa lo mismo”, destaca mientras juega al fútbol en Mendillorri.
grupos EN PAMPLONA
Sin ‘territorio’ ni jerarquía
“Para que exista una banda tienen que tener muchos miembros, tener una jerarquía y hacerse con un territorio”, relata un joven colombiano que prefiere no dar su nombre. “Esto no ocurre aquí”, explica. Sabe que hay grupos, pero considera que no pasan de ser pandillas de amigos. Al hablar de la violencia, sorprende su respuesta: “Hay más peleas entre los propios latinos que con la gente de aquí”.
Las diferencias entre barrios, algo existente mucho antes de que la inmigración llegase a Navarra, sigue presente. “Si los de la Milagrosa se pegan con los de San Juan en esa zona, ya saben que tienen las de perder, y al revés”, destaca. De todos modos, en relación a las bandas, no niegan que estos grupos podrían crecer en el futuro y hacerse con un “territorio” aunque hacen hincapié en el hecho de que Pamplona es una ciudad relativamente pequeña, lo que resta potencialidad a las bandas. “¿Podría haber un enfrentamiento entre estas bandas y gente autóctona?”. “Podría”, responden todos.
casos de violencia
No se niega su existencia
En todas las conversaciones se intenta restar importancia a la cuestion de la violencia, alegando que son casos aislados, aunque no se niega su existencia. Lugares como la Milagrosa o el Casco Viejo han sido ya testigos, desde hace algunos años, de agresiones o peleas con el pretexto de “defender nuestra zona”.
A pesar de sentirse integrados, muchos eligen para su ocio los bares latinos. Locales regentados por inmigrantes en el que suena la música de estos países. San Juan, la Milagrosa o el Casco Viejo acogen algunos de estos establecimientos, que en ocasiones han sido denunciados por peleas en su entorno.
Los expertos achacan la proliferación de grupos callejeros a la falta de integración de estos jóvenes cuando llegan a otro país. “A veces notas que te miran mal por ser latino, pero eso es sobre todo la gente mayor”, señala este joven, mientras destaca que, “con los de la misma edad no hay tantos problemas, hasta vestimos igual”.
“Los padres tienen mucho que decir, la educación es clave”, resume Óscar. Por el momento, estos grupos siguen siendo grandes desconocidos. Las leyendas urbanas de Pamplona, hablan de agresiones continuadas, la mayoría sin confirmación. Integración y educación resultan claves para que los hechos aislados queden como tales, evitando enfrentamientos que perjudican a todos.
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