"La Opinión". MÉXICO: "Venimos a dar mucho"
Logros de indocumentados son parte de la historia de EU
Prensa Latinoamericana, 10-02-2007BROWNSVILLE, Texas.— Cuando Lupita Santana llegó a Texas, proveniente de su natal Tamaulipas, se encontró con las dificultades habituales para un migrante indocumentado. Pero cuando verdaderamente le dolió, fue al llegar el momento de que su hija mayor fuera a la escuela: Lupita tuvo que ocultar que era su madre, para que a la niña no le negaran la educación por ser hija de una “ilegal”.
La historia de Lupita forma parte de las decenas de historias que la Marcha Migrante ha recopilado durante su recorrido de una semana a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos. Historias de migrantes, de sus familias, de autoridades, de la gente que vive día a día con los temas migratorio y fronterizo y que ve afectada su vida cotidiana por las decisiones que se toman en Washington, D.C.
“A mí me decían ‘no puedes registrar a tu hija para ir a la escuela porque eres una ilegal’ ", recuerda Lupita. “Así que mis suegros agarraron a mi hija y para mí era muy difícil verla presentarse en la escuela y no poder salir al frente porque yo tenía que esconder que era su mamá, porque yo tenía miedo”.
Ante cerca de 40 personas que ayer por la mañana se sumaron a la caravana a su paso por la ciudad de McAllen, Lupita relató cómo aun cuando su familia pudo regularizar su situación migratoria, la gente seguía diciéndole que su hija no podría ser “alguien”.
“Cuando entró a la preparatoria deseaba ser maestra, pero le decían que no podía por no ser ciudadana”, relató. “Yo la apoyé para que cumpliera su sueño y ella salió adelante: hoy es una maestra y da clases en Elsa, Texas. Lo que yo quiero decir es que nosotros los migrantes, cuando venimos aquí, venimos a hacer un cambio; no venimos a estirar la mano para que nos den nada, sino que nosotros venimos a dar mucho a este país, porque es un país de inmigrantes”.
Otra historia, esta relatada en la ciudad de Pharr, Texas, es la de Diana Joe, descendiente de un indígena purépecha de Michoacán y abuela de dos pequeñas que a su vez descienden de indígenas navajos.
“Yo traigo la voz del indígena, muchos de ustedes han oído alguna historia de algún familiar indígena de México, de Centroamérica, de Sudamérica”, dijo. “Yo sé que debo conservar su cultura viva y fuerte, porque es un derecho constitucional. Este es un círculo completo, no estamos separados y no lo vamos a estar. Así que no se va a poner el muro mientras que yo viva”, afirmó.
Para Fermín Leija, quien cruzó la frontera desde Tamaulipas para incorporarse a la Marcha Migrante, es indispensable que los migrantes continúen levantando la voz, “así como lo hicieron en 1968, que yo estuve en California y conocí a César Chávez en Delano, andando en la lucha”, recuerda. “Esta es una forma de seguir exigiéndole al gobierno americano que nos respete, porque venimos a trabajar, a luchar. Somos gente decente, gente seria”.
La Marcha Migrante fue recibida ayer por Polo Palacios, alcalde de la ciudad de Pharr, y por Eddie Treviño, alcalde de Brownsville. Hoy la caravana viajará a la ciudad de Eagle Pass, donde se reunirá con la Comisión de Asuntos Fronterizos del Instituto de los Mexicanos en el Exterior.
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