"El Diario de Chihuahua". MÉXICO: "Vecinos represivos"
Manuel López Cortés
Prensa Latinoamericana, 10-02-2007Ahora que jugó la Selección Mexicana en Phoenix se me ocurrió transportarme por carretera a esa ciudad para ver el encuentro en donde nuestra selección, por un rato de mala suerte y con ayuda del árbitro, fue derrotada. Los que estuvimos ahí sabemos que no merecíamos perder.
Una cosa es dejarse influenciar por la TV y otra es vivirla en el mismo lugar de los hechos, los deportes son así, se gana o se pierde. La selección mexicana es mejor hombre por hombre que la de los Estados Unidos, sin embargo no tuvieron suerte en el encuentro.
Y parece que obtener un permiso para internarse a ese país también es ahora una cuestión de suerte. Desde la salida de Juárez encontramos dificultades en los permisos de internación en las oficinas del puente internacional, en donde la mayoría de los empleados son méxicoamericanos que dan un trato despótico y discriminatorio; por el camino, retenes y patrullas intentando molestar. Una vez en Phoenix, Arizona, quizá el estado más represivo de la Unión Americana, el mal trato no se dejó esperar en los hoteles, otra vez los dependientes eran mexicoamericanos. El viaje, aunque con incidentes menores, valió la pena por ver a la selección, sobre todo por vivir la sensación de un nacionalismo exacerbado dentro y fuera del estadio que en su inmensa mayoría albergaba mexicanos, ya sea viviendo en la Unión Americana o llegados de casi todos los Estados del norte de la República Mexicana.
Al regresar nos encontramos con la noticia de que un comando armado atacó a indocumentados masacrando a hombres y niños precisamente en Arizona. Las investigaciones del caso deben llevarse a cabo hasta encontrar a los culpables y aplicarles todo el peso de la ley. En lo que respecta a nuestro Gobierno, debe levantar una enérgica protesta a traves de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Represivas, violentas y fuera de la ley, son este tipo de agresiones por parte de estos vecinos que todo tienen diseñado pensando en la guerra. Con esta mentalidad, es probable que sigan masacrando indocumentados pero no por eso detendrán el fenómeno migratorio. Mientras las condiciones económicas de los mexicanos y de los ciudadanos de otros países latinoamericanos no se vean mejoradas sustancialmente, el flujo de trabajadores hacia el país del norte seguirá.
La pobreza en nuestro País es el resultado de una situación de injusticia estructural, es el resultado de la manipulación política de la economía, el sesgo urbano de las políticas de desarrollo con abandono del campo y la concentración social y regional del ingreso.
Millones de mexicanos viven en la pobreza extrema y más de la mitad de las familias viven sin poder satisfacer sus necesidades económicas, sociales y educativas. Estados como Oaxaca, Chiapas, Guerrero e Hidalgo, presentan conflictos armados por vivir en condiciones de marginación extrema.
Bajo las condiciones actuales, lo mínimo que los mexicanos pediríamos al soberbio congreso estadounidense es que deje de pensar en tener el derecho de fabricar, dictar y aplicar leyes universales, de caracter meramente utópico, que sólo están causando resentemientos contra sus habitantes desde todos los rincones del mundo.
El pueblo gringo está compuesto de migrantes, por lo que es saludable que haga a un lado sus actitudes xenofóbicas y represivas que sólo generan violencia extrema, causan desorientación y enfrentamientos aun entre ellos mismos.
Gobierno, Congreso y pueblo de los Estados Unidos deben reflexionar para poner en práctica un mecanismo efectivo y por medio del cual se observe absoluto respeto por los derechos humanos de todos y no sólo de aquéllos que, en su opinión, forman parte del País supremo que siempre han creído tener.
Su poderío financiero debe de dejar de ser un mecanismo de control sobre los pueblos más oprimidos, principalmente el de México para que de esta manera permitan su desarrollo autónomo en todos aspectos, contribuyendo asi a detener el flujo de inmigrantes porque estos ya tienen aquí opciones de crecimiento, en vez de frenarlos a balazos.
Los norteamericanos no saben cómo o no quieren dejar de ser el principal consumidor de drogas en el mundo, la excesiva demanda de narcóticos ocasiona a pueblos como México serios trastornos sociales al ser tránsito de la mayoria de la droga que entra a Estados Unidos. Por desgracia, en la actualidad ya no sólo somos eso, sino que también somos consumidores y lidiamos con cárteles del narcotráfico que día a día ponen en juego la tranquilidad de nuestras familias por culpa del más importante consumidor del mundo.
Seguimos siendo víctimas de las circunstancias y de la geografia, asi como de gobiernos dependientes de los poderosos, pero no hay mal que dure cien años, ni pueblo que lo resista y si no, al tiempo.
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