Antes de conocer el principio de acuerdo entre España y Mauritania para
desbloquear la situación del «Marine I», el presidente de Canarias, Adán
Martín, insistió en que «no se puede, de ninguna forma, permitir que sigan
utilizándose barcos por mafias que trafican y ponen en peligro la vida de
personas y después pasarle el problema a los demás, en este caso a España,
que está a muchos miles de kilómetros de distancia». El presidente canario
también reclamó mayor implicación de la Unión Europea frente a la
inmigración ilegal. En su opinión, la solución ha de ir dirigida no sólo a
afrontar el caso concreto de un barco como el «Marine I», sino a frenar el
flujo de inmigrantes irregulares que viajan por mar desde el continente
africano hacia Canarias, sea en buques o en pequeñas barcas o canoas.
   Para conseguirlo, Martín aseguró que «lo importante es que Frontex (la
agencia europea de fronteras exteriores) desarrolle toda su red, porque la
capacidad política y de negociación que puede tener Europa en su conjunto
es más fuerte que la que tiene un único país como España».