Un total de 7.427 inmigrantes consiguieron regularizar su situación el
pasado año a través de la figura del arraigo, ya sea social, laboral o de
hijos de padres de origen español, según datos oficiales a los que tuvo
acceso Ep.
   En total, lo solicitaron 24.877 personas, de las que, por
el momento, un tercio ha obtenido resolución favorable. Mientras, el
Ejecutivo ha dicho «no» a poco más de una de cada diez peticiones
presentadas. El resto de las solicitudes, 14.643, está todavía en trámite.
Las figuras del arraigo son las únicas vías que permiten a un inmigrante
en situación irregular acceder a la legalidad después de haber residido o
trabajado un tiempo en España. De las tres modalidades que hay (social,
laboral y de hijos) se espera que la social acapare un mayor número de
solicitudes a lo largo de este año. Es necesario acreditar permanencia
continuada en nuestro territorio durante un período mínimo de tres años,
siempre que carezcan de antecedentes penales en España y en su país de
origen.
   Además, deben contar con un contrato de trabajo firmado por
el trabajador y el empresario en el momento de la solicitud, de duración
no inferior a un año. También tienen que acreditar vínculos familiares con
otros extranjeros residentes (cónyuges, ascendientes o descendientes) o
bien presentar un informe del ayuntamiento que acredite su inserción
social. El año pasado, el primero en que se puso en marcha esta vía para
legalizarse, cumplieron con el requisito 6.619 foráneos.