Mauritania prohíbe el desembarco de los 370 inmigrantes del «buque patera» asiático
La Razón, 10-02-2007Madrid – La pesadilla de los casi 400 inmigrantes hacinados en el vetusto
«Marine I» parecía ayer a punto de terminar. Tras cinco días de intensas
negociaciones, el Ministerio de Asuntos Exteriores anunció ayer que las
autoridades de Mauritania aceptaron por fin que el barco recorriera las 15
millas que le separaban del puerto de Nuadibú. Según aseguraban, no todos
los exhaustos ocupantes del mercante – algunos de los cuales llevan dos
meses embarcados – tenían todavía permiso para bajar a tierra. Pero varias
horas más tarde, ya por la noche, se conocía que la embarcación no se
había movido de donde estaba fondeada ni había recibido autorización para
acercarse a puerto, informa Afp. En la conferencia de prensa posterior al
Consejo de Ministros que ofreció María Teresa Fernández de la Vega informó
de que el acuerdo alcanzado por el Ejecutivo con Mauritania incluía un
primer desembarco de los ocupantes más vulnerables, sobre todo niños y
enfermos. Respecto al resto, una misión de identificación se desplazó
desde Guinea Conakry – último puerto que, en teoría, tocó el «Marine I» – al
puerto de Nuadibú para identificar a los inmigrantes y proceder a su
repatriación. Según parece, las autoridades españolas y mauritanas
acordaron establecer un corredor, bajo responsabilidad española, para
llevar a los indocumentados a aviones que los trasladarían a sus países de
origen. Pero de acuerdo con fuentes de las fuerzas de seguridad
mauritanas, ese «plan» que habían acordado no se había puesto en marcha
aún debido a que las autoridades españolas no habían dispuesto de los
medios necesarios para ello, como son aviones o embarcaciones. No
obstante, Babah Sidi Abdallah, un portavoz del ministerio de Asuntos
Exteriores mauritano, ya advirtió de que «hay ciertas condiciones que
España debe aceptar para que permitamos a estos inmigrantes transitar
través de Mauritania». Según fuentes diplomáticas, las personas que viajan
en el «Marine I» podrían superar las 370, la mayoría ciudadanos
originarios del sur de Asia – se cree que la mitad podrían ser
paquistaníes – , y el resto procedentes de África occidental – entre ellos 35
nacionales de Guinea Conakry – . Entre ellos podría haber más de 40 personas
afectadas por infecciones y diarreas. El secretario de Estado español para
asuntos exteriores, Bernardino León, viajó el pasado jueves a Mauritania
con el propósito de convencer a las autoridadades de ese país de la
necesidad humanitaria de realizar el desembarco. Mientras, Cruz Roja
Española envió ayer un avión de ayuda humanitaria desde Las Palmas con un
hospital de campaña y un equipo especial de emergencia compuesto por siete
médicos, enfermeros y logistas, así como material de socorro y alimentos.
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