De la Vega anuncia un acuerdo para el «Marine I» pero la crisis sigue abierta
ABC, 10-02-2007ERENA CALVO
LAS PALMAS. Dos inmigrantes se lanzaron por la borda, desesperados, tratando de alcanzar un navío con ayuda humanitaria. Llevaban seis días fondeados frente a Nuadibú – y allí seguían al cierre de esta edición – junto a otras 368 personas después de que el buque con el que pretendían llegar hasta Canarias se averiase en aguas internacionales. Habían partido de la República de Guinea. Tras una semana de duras negociaciones, los tres países implicados – España, Mauritania y Guinea – cerraban ayer un acuerdo que duró tan sólo unas horas. «No nos han comunicado que vayan a desembarcar en las próximas horas», decía a este periódico una portavoz de la Cruz Roja desplazada a Nuadibú.
La solución, que luego no resultó tal, para el «Marine I» llegaba el mismo día que España aprobaba una serie de ayudas para varios países africanos. En el caso de Guinea están por concretar, y Mauritania ha conseguido 655.000 euros para luchar contra la inmigración. La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, no obstante, desvinculó estas ayudas del «Marine I».
Viaje de ida y vuelta
Aunque De la Vega anunció la entrada en puerto del buque, lo cierto es que toda la operación se frenó a última hora. Bernardino León, secretario de Estado de Asuntos Exteriores, viajó a Mauritania desde donde partió a Conakry, para después regresar al primer país africano en un viaje de ida y vuelta, síntoma de la dificultad de alcanzar un acuerdo satisfactorio para las tres partes.
En un principio se decidió permitir la entrada de los inmigrantes en Nuadibú con la condición de que fueran repatriados a sus países, anunció De la Vega. Un grupo de 35 personas, previsiblemente nacionales de la República de Guinea, se preveía que fueran trasladados inmediatamente a su país. En tierra les espera una delegación de oficiales guineanos para determinar su nacionalidad.
Los inmigrantes llevan ya cerca de dos meses en el buque, según la Cruz Roja. «Demasiado tiempo en unas condiciones de vida extremas», explican, al tiempo que aseguran que la «desesperación» del pasaje llega ya al límite.
A última hora partió también hacia Mauritania, desde Las Palmas, un avión de ayuda humanitaria de Cruz Roja con un hospital de campaña, siete médicos, y enfermeros, que se unirán a los quince integrantes del equipo de respuesta inmediata de la Media Luna Roja, preparados en Nuadibú.
A pesar de que ayer no había datos de casos graves, sí que se habla de unas cincuenta personas con diarrea, vómitos, fiebre y gastroenteritis: «De permanecer más tiempo en el barco se puede originar una epidemia», dice la Cruz Roja. Según las primeras estimaciones, 305 de los ocupantes del «Marine I» proceden de Cachemira y el resto de Costa de Marfil, Birmania, Sierra Leona, Sri Lanka y Liberia. La asociación Cear recordó la urgencia de activar para estas personas los mecanismos de asilo de la Convención de Ginebra.
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