Su peculiar forma de actuar alertó a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado de que no se trataba de unos simples atracadores de poca monta. Robaban coches de gran cilindrada, cambiaban sus matrículas por otras de algún país extranjero y, después, los utilizaban en sus asaltos a gasolineras, supermercados repletos de clientes, en casas con sus dueños dentro y hasta a narcotraficantes. En sus atracos empleaban escopetas de cañones y porras eléctricas, lo que llevó a la Policía Nacional a convencerse de la importancia de esta banda, compuesta presuntamente por nueve marroquíes y un abogado español, considerado inductor de algunos de los hechos del grupo.

La primera acción que hizo saltar la alarma fue el atraco perpetrado a mano armada en el Mercadona de la pedanía murciana de La Alberca, el día 23 de diciembre, en donde los delincuentes irrumpieron en el supermercado, sin ningún tipo de consideración y a plena luz del día para hacerse con la recaudación de varias de la cajas registradoras. Esperaron el momento en el que los empleados estaban haciendo caja y, en el transcurso del asalto, hirieron de gravedad a una de las cajeras. Los atracadores huyeron en un todoterreno Volkswagen Tuareg, que abandonaron en la autovía Murcia – Cartagena a la salida del municipio.

Desde este momento, la Policía inició una investigación para tratar de detener a la banda, que hasta anteayer, día en el que se produjo el arresto de ocho de los presuntos atracadores, llevaban unos 40 atracos por toda la Región y también por las provincias de Alicante y Almería.

Tras este hecho y de otros posteriores que coincidían con ese modo de operar, las características físicas de los asaltantes y la utilización de otro vehículo del mismo modelo, también robado, condujo a los Agentes de la Unidad de Delincuentes Especializada de la Policía Nacional a la identificación de los integrantes de la banda, que vivía en un piso de Lorquí. Fueron localizados tras su último asalto, la tarde anterior, a una vivienda de la pedanía de El Jimenado, donde creían que vivía un narcotraficante al que pretendían arrebatarle un alijo de droga.

Los últimos arrestos se produjeron ayer, cuando los agentes lograron capturar a un supuesto colaborador de la banda mientras viajaba en un coche. El abogado F.P.T., de 42 años, fue detenido en las inmediaciones del Palacio de Justicia de Cartagena, como presunto inductor de algunos de los hechos cometidos.

Algunos de los detenidos en la Operación Tuareg – como así se refirió ayer a ella el delegado del Gobierno, Ángel González – , en concreto cinco de los delincuentes, tenían antecedentes por actos similares y tres habían estado detenidos en anteriores ocasiones en la comisaría de Cartagena.

La banda al completo

Actualmente, la Policía Nacional sigue con las investigaciones para determinar la participación del grupo en otros muchos atracos. Según el jefe superior de Policía de Murcia, Carlos Llorente, todo los implicados en la oleada de atracos «están detenidos y puestos a disposición judicial».

Entre los objetos intervenidos en la madrugada del 6 de febrero en el piso de Lorquí – además de armas y munición, la Policía requisó joyas, dos kilos de hachís, en tabletas y en trozos en forma oval, cocaína en roca, utensilios para los robos y gran cantidad de teléfonos móviles – se encuentran cinco vehículos de gran cilindrada como un Mercedes, un Audi y tres de la marca Tuareg, así como numerosas cartillas bancarias en las que los detenidos ingresaban sus ganancias.