Ni Mauritania ni Canarias quieren a los 400 inmigrantes del «Marine I»
ABC, 09-02-2007ERENA CALVO
LAS PALMAS. Han tenido que hacer frente a los fuertes oleajes del Océano, las bajas temperaturas de las noches en alta mar y la incertidumbre sobre su futuro. Ocho días después de su localización por los servicios de rescate, los 400 inmigrantes del «Marine I» continúan a bordo del buque con el que pretendían alcanzar las costas canarias. Una situación que las organizaciones humanitarias no dudan en calificar ya de alarmante y peligrosa para la salud de las personas que permanecen en su interior, después de pasar cinco días, con sus cinco noches, frente a las costas de Mauritania, donde se averió la nave.
«España hará todo lo necesario para garantizar la vida de los pasajeros del Marine», prometió ayer el ministro de Asuntos Exteriores, quien precisó que ello no colisiona con la voluntad de lucha del Gobierno contra las mafias. Por su parte, el Ejecutivo canario expresó su rechazo a que el barco fuese trasladado a Canarias, una posibilidad que no se descartaba. De hecho, en las Islas estaban preparados los equipos de respuesta de Cruz Roja.
La gravedad del asunto propició ayer la salida del secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, hacia Mauritania, donde se podría alcanzar un acuerdo en el que participaría la República de Guinea, de donde pudo partir la embarcación.
León se reunió ayer con el líder de la junta militar en el poder en Mauritania, coronel Ely Ould Mohamed Vall, para consensuar una solución, que pasaría por que Mauritania diera luz verde al «Marine I» para atracar en el puerto de Nuadibú, con la condición de que los inmigrantes sean trasladados a Guinea. Bernardino León aclaró que Mauritania no acogerá a los inmigrantes clandestinos porque, jurídicamente, «no es responsable de su drama», pero subrayó que este país puede contribuir a buscar «una solución humanitaria a esta crisis», según recoge Efe.
La República que preside Lansana Conté también pone sus condiciones, y pide que se compruebe que el barco partió de sus costas. Tarea que llevará a cabo una delegación de oficiales guineanos desplazados a Mauritania.
Mientras las negociaciones siguen su curso, un pesquero se desplazó ayer hasta el buque con la ayuda humanitaria de la Media Luna Roja y la Cruz Roja. La embarcación partió a las nueve de la mañana al encuentro del «Marine I», aunque su vuelta no se esperaba hasta bien entrada la noche.
Fin de la incertidumbre
A su regreso «esperamos noticias sobre el estado de los inmigrantes», explicaron portavoces de Cruz Roja. Lo cierto es que hasta ayer nadie había podido subir al «Marine I», por lo que las informaciones sobre el número de pasajeros, o su estado de salud, sólo se conocían a través de las comunicaciones de las organizaciones humanitarias con los inmigrantes a través de la radio o las pancartas que extendían hacia el remolcador «Luz de Mar».
Sin embargo, ayer se autorizó la entrada en el buque de representantes de la Media Luna Roja y de Organización Internacional de Migraciones (OIM), que podrán comprobar si todos los inmigrantes son varones adultos, así como su nacionalidad – según los datos que se manejan procederían de la región de Cachemira y de países subsaharianos – ; y su estado de salud, «ya muy débil».
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