El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) expresó ayer su preocupación por la situación de los 400 inmigrantes africanos a bordo del Marine I , que permanece fondeado en la costa de Mauritania, y pidió que «por motivos humanitarios» se les deje desembarcar «lo más pronto posible».


El carguero se encuentra frente a Nuadibú desde hace cinco días, acompañado por el barco de Salvamento Marítimo español Luz de Mar , que lo remolcó después de que se averiara en aguas internacionales, a unas 1.900 millas del país africano. Los inmigrantes zarparon de Guinea Conakry y se dirigían a Canarias.

Una representante de Cruz Roja explicó que los ocupantes del buque son hombres y que, según la persona con la que se comunican a través de radio, algunos están muy débiles y sufren diarreas, y otros tienen malestar.

El director de Protección de Acnur, George Okoth – Obbo, indicó que «en este preciso momento la prioridad es ayudarlos y no dejar a esas personas en el mar a la deriva y en condiciones precarias». «Ese estado de la situación puede amenazar seriamente la integridad de una tradición humanitaria honrosa y la obligación legal de asistir a quienes están en situación de peligro en el mar», añadió.

«Se tienen que adoptar medidas para identificar a las personas que deseen solicitar asilo o protección internacional, además de canalizar esas peticiones de la manera adecuada», precisó Okoth – Obbo.

El secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, viajó ayer a Mauritania para intentar negociar una solución. Ésta pasaría por que Mauritania aceptase que el barco atracara en su costa siempre que los ocupantes fueran trasladados a continuación a Guinea Conakry.

La vicepresidenta canaria, María del Mar Julios, dijo que su Gobierno se opone a que los inmigrantes sean trasladados a las islas, pues eso supondría «sentar un precedente ante todas las mafias».