La inmigración crecerá de forma exponencial en los próximos años y los países ricos tienen que trazar un modelo de integración para hacer frente a la situación. Es la tesis que Pedro Luis Uriarte, economista y ex consejero de Economía y Hacienda del Gobierno Vasco, planteó ayer en San Sebastián en el III Encuentro de Derechos Humanos organizado por la Diputación de Gipuzkoa en el Parque Tecnológico de Miramón. El País Vasco, que ocupa el puesto número 15 en el ránking de áreas más desarrolladas del planeta, debe reaccionar a tiempo.



– Países muy ricos y países muy pobres. ¿Hacia dónde caminamos?

– Hacia una situación muy compleja. Pongamos un ejemplo de dos países situados en el extremo. Uno rico, el País Vasco, que en niveles de Producto Interior Bruto (PIB) per cápita ocupa el decimoquinto lugar del mundo. Y Malawi, el país más pobre de la tierra, que ocupa el puesto 191. Aplicando al País Vasco crecimientos mínimos de su economía hasta el año 2050 y a Malawi, ritmos de crecimiento imposibles de alcanzar, vemos que las diferencias de renta se van agrandando. Porque parten de bases muy distintas.

– Mal pronóstico ofrecen sus estudios…

– Además, la población de la tierra, de acuerdo con estimaciones de Naciones Unidas, va a pasar de 6.600 millones de habitantes a 9.100 en 2050. Y ese aumento gigantesco se va a concentrar en los países pobres. Eso originará que los flujos migratorios hacia los países ricos crezcan exponencialmente.

– Los inmigrantes son una población en crecimiento en todo el planeta, sostiene.

– En el mundo hay hoy 196 millones de emigrantes censados. Pero como la población mundial va a aumentar y las situaciones de máxima pobreza se van a mantener, desafortunadamente, a pesar de los esfuerzos, lo normal es que la emigración crezca.

– Apoyan sus tesis los datos de crecimiento de población en África, por ejemplo.

– La población africana es hoy de 923 millones de habitantes. La ONU estima que en 2050 será de 1937. La población doblará en sólo 45 años. La sociedad se ha hecho más transparente, la televisión llega a todas partes, y las noticias que mandan los emigrantes hacen el efecto ‘tam – tam’. Eso unido a la prosperidad mundial, produce un efecto llamada cada vez más resonante.

– Habla usted de la trampa de la pobreza. ¿En qué consiste?

– Es un círculo vicioso. Como eres pobre no puedes ahorrar. Y por eso no puedes invertir. Así no crece la economía. Y sigues siendo cada vez más pobre.

– Y la pobreza crece.

– En el África subsahariana en 1990 existían 227 millones de personas con unos ingresos medios de 0,62 dólares por día, poco menos de medio euro por día. En el año 2002, eran 367 millones – ha habido un crecimiento demográfico explosivo – , y su renta ha pasado a ser de 0,60. Es decir, ha disminuido, aún siendo mínima.

– Mal panorama…

– Esos 367 millones de personas que viven en el África subsahariana tienen una tentación llamada España a 14 kilómetros del estrecho de Gibraltar.

– ¿Por qué crece tanto la población del planeta?

– Es uno de los factores de cambio para el futuro. La sanidad ha mejorado en todo el mundo, incluso en los países muy pobres. Las enfermedades se reducen y la humanidad se agranda. Cuando nació Cristo, la población de la tierra era de 250 millones de habitantes, menos de los que viven hoy en Estados Unidos, que son 300 millones.

– ¿Buf!

– Mil años después, seguían viviendo en la tierra 250 millones. Al inicio del siglo XX, en 1900, la población era de 1.600 millones. En los cien años siguientes ha pasado a ser de 6.500. Y 50 años después será, según estimaciones de la ONU, de 9.076 millones de habitantes.

– La humanidad crece de forma desigual, dice.

– El crecimiento se concentra en los países más pobres de la tierra.

– ¿Dará África un ejemplo de desarrollo sostenible? Es lo que han pronosticado algunos autores africanos.

– Ese continente tiene un panorama complicado. Para poder hablar de conceptos hermosos como el de ‘desarrollo sostenible’ primero tienes que poder comer.

– Nuestro nivel de desarrollo, ¿hace todavía más pobres a los países pobres?

– Nosotros no estamos empobreciendo a esos países. Al contrario, nuestro desarrollo puede ayudar a romper ese círculo infernal de pobreza en que están metidos.

– Hay que ayudar a los países del sur no por caridad, sino por puro egoísmo, dijo alguien.

– Ha habido un revulsivo en la conciencia mundial, impulsado por iniciativas privadas. Los gobiernos de los países desarrollados se han dado cuenta de que si no se resuelve el problema dramático de esos países, su propia seguridad estará en juego.

– ¿Cómo convertirse en una sociedad multiétnica y multicultural sin heridas? Hablemos del País Vasco.

– Estableciendo un modelo de integración social de quienes necesitamos que vengan para poder mantener y aumentar nuestro nivel de prosperidad. Ellos pueden encontrar un trabajo y un desarrollo personal y familiar. Y nosotros, crear una sociedad con un grado de consenso elevado. El debate será profundo para acertar en el camino.

– ¿Es optimista?

– El País Vasco es la cuarta comunidad autónoma del Estado español con impacto más bajo de la emigración. Y creo que esta situación se mantendrá en el futuro.

– ¿Y respecto al futuro de la humanidad?

– También. La conciencia mundial aumenta y con ella, la presión sobre los gobiernos. Confío en que encontraremos un punto de equilibrio entre el progreso y la garantía de que nuestros hijos disfrutarán de la tierra como nosotros hemos podido hacerlo.