Inmigración y educación
Diario de Noticias, , 08-02-2007A
propósito del borrador de decreto de escolarización del gobierno de UPN, el tema de la inmigración ha vuelto a saltar a la actualidad. Una cuestión que no puede ni debe ser tratada y enfocada de manera simple y monocular. Lo que es cierto es que se trata de una realidad cada vez más notoria y evidente. De hecho, en Navarra contamos ya con una población de alrededor de un 10% procedente de otros territorios. Por lo tanto, a la hora de abordar este tema vemos necesario hacer las siguientes consideraciones previas.
El significado etimológico de inmigración hace referencia a la acción de llegar a un país con la intención de establecerse en el mismo. Por lo tanto, y desde este prisma, no se trata de un fenómeno reciente sino más bien de un hecho inherente a la condición humana.
No obstante, este término tiene unas connotaciones bien definidas. Inmigrante es, hoy y en Navarra, el sudamericano, magrebí, africano o rumano, principalmente, que habita, por lo general, en enclaves y barrios determinados y que conforman un colectivo marginal y problemático. ¿O es que acaso a la hora de hablar de inmigrantes pensamos en el camerunés que milita en las filas de Osasuna, el ejecutivo alemán de la Volkswagen, el médico madrileño de la Clínica Universitaria o la maestra extremeña, andaluza o gallega?
De hecho miles y miles de personas se ven abocadas a abandonar sus lugares de origen en busca de otros horizontes, muchas veces perdiendo la vida en el intento, en un mundo donde las desigualdades sociales son cada vez mayores y donde está cada vez más claro que las miserias de unas personas son consecuencia del bienestar de otras y viceversa.
Por otro lado, este tema no debe pasar inadvertido para la educación en cuanto que, como servicio público, debe velar por evitar desigualdades sociales debido a su papel primordial en la construcción de un mundo justo y solidario.
Sin embargo, ¿en qué estado se encuentra hoy la educación en Navarra? Es más, ¿podemos hablar propiamente de una enseñanza pública navarra? A nuestro juicio no. Primero porque se desarrolla en un marco que da la espalda a la historia y realidad de una comunidad a la que se le niega la posibilidad de decidir sobre su presente y futuro; y segundo porque apuntala un modelo social, económico y cultural ajeno a los valores de justicia, igualdad y solidaridad.
En este sentido, y como consecuencia directa del sistema educativo que padecemos, no podemos menos que mencionar también esa inmigración lingüística que se da en muchos casos en los que, para que nuestros hijos puedan estudiar en la lengua de Navarra, el euskera, precisan traspasar diariamente la frontera que divide la zona no vascófona de la mixta, debido a que la enseñanza en su lengua le está vetada en su propio pueblo.
Por todo ello, y mucho más, desde LAB Irakaskuntza queremos, en primer lugar, denunciar el citado borrador puesto que lejos de realizar un planteamiento integrador e inclusivo, supone más de lo mismo, es decir, una muestra más de la política educativa de UPN, la que ha llevado a convertir la enseñanza pública en un gueto para los inmigrantes y dentro de la misma al modelo D en una reserva de indígenas. A la vez que ha fomentado, subvencionado y premiado a la enseñanza privada a costa de racanear, recortar presupuestos y negar medios a los centros de titularidad pública.
Pero de la misma manera, tampoco podemos apoyar el manifiesto firmado por la mayoría de los sindicatos y diversos colectivos. Y no podemos hacerlo, precisamente, dado que el mismo lejos de criticar el mencionado decreto en lo que tiene de discriminatorio y segregador, se centra en la demanda del reparto equitativo del alumnado inmigrante entre la enseñanza pública y privada (concertada en su totalidad en el caso de Navarra), lo cual, a nuestro juicio, no deja de ser una solución parcial y cuando menos discutible, ya que entre otras consecuencias supondría desarraigar aún más a los alumnos procedentes de otros países de su realidad más cercana como es el barrio, y plantea la cuestión en términos erróneos en cuanto que centra la solución en compartir la carga de una realidad a la que, en nuestra opinión, hay que hacerle frente en clave positiva, invirtiendo recursos y tomando las medidas adecuadas para responder con garantías.
Por ello pensamos que las medidas a tomar en esta cuestión tienen que estar orientadas en la dirección de garantizar el derecho que tienen las familias a elegir libremente el centro, respetando el derecho de escolarización del alumnado en su barrio y en la opción lingüística elegida y asegurando la calidad educativa para todos, así como la cohesión social y la igualdad de oportunidades.
También, que en el proceso de admisión del alumnado en todos los centros, se asegure la respuesta a toda la demanda dentro de su barrio, pueblo, o entorno más cercano; para ello, las Comisiones de Escolarización, que deberán adoptar las medidas necesarias para garantizar la legalidad de todo el proceso, deberán informar con suficiente antelación sobre toda la oferta educativa existente en el ámbito más cercano a su comunidad. Y sobre todo, reunirse, hablar y tener en cuenta los planteamientos que pueda hacer la población inmigrante y sus asociaciones y federaciones.
Además, y exceptuando a las ikastolas, la oferta en euskara en la enseñanza concertada es nula, y así seguirá siéndolo mientras no se tomen medidas al respecto, por lo que derivar a los alumnos inmigrantes a colegios de este tipo, hoy y en Navarra, equivale a condenarlos a una educación monolingüe.
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