Las paredes de el campus de El Milán y El Cristo amanecieron este fin de semana cubiertas con pegatinas y carteles racistas firmados por el grupo Democracia Nacional. Los ataques al colectivo inmigrante vinieron esta vez camuflados entre algunos problemas de la sociedad, bajo el lema ‘Paro, terrorismo, drogas, inmigración. Rebélate’.

La Asociación de Inmigrantes Residentes en Asturias (AIRA) cree que los carteles no son más que una nueva aportación a la «campaña de propaganda racista, culpándonos de problemas como el desempleo o la inseguridad ciudadana.

El lugar escogido, dicen, no ha sido casual. Colocando las pegatinas en un barrio como Pumarín, en el que existe una mayor población inmigrante, es un intento de «provocar. De causar enfrentamientos y alentar los altercados. Nosotros instamos a nuestros socios a apostar por la convivencia, porque si no esto se convertirá en una locura».

AIRA acusa, además, a la Delegación del Gobierno de mantener una actitud «pasiva ante todo este tipo de actividades, a pesar de nuestras múltiples denuncias». De no actuar e iniciar una investigación, temen, la actividad propagandística de grupos neonazis y racistas «que buscan un ambiente de crispación y de odio» irá a más al igual que ha ocurrido con otros movimientos en algunos países europeos y podrán «sacar rentabilidad política».