"La Opinión". MÉXICO: "Víctimas de la injusticia"

Caravana que partió de California recaba relatos de la tragedia de inmigrantes en Texas

Prensa Latinoamericana, 07-02-2007

PRESIDIO, Texas.— Hace casi 12 años ocurrió en la ciudad fronteriza de El Paso, Texas, un caso que conmovió a la comunidad mexicana.

Un chico de 13 años fue acusado de homicidio tras el asesinato del hermano del entonces jefe de la Oficina Federal contra el Narcotráfico (DEA) en esa ciudad. Al joven lo identificaron sólo por su forma de vestir. Cuatro años después, habiendo pasado parte de su adolescencia en prisión, salió exonerado.

Héctor Raúl Acosta, quien fungió durante 11 años como cónsul de protección en El Paso y actualmente se desempeña como cónsul titular en Presidio, afirma que ésta es una de las historias que más lo ha conmovido en este lugar.

“El joven estuvo en el lugar y en el momento no adecuados, y con sólo 13 años de edad fue creciendo en prisión. Es el caso más difícil que me ha tocado”, asegura.

Esta historia se suma a las muchas que han ido recogiendo a lo largo de su recorrido los integrantes de la Marcha Migrante, que ayer continuaron en su paso por el estado de Texas, en donde por todos los caminos se aprecia la presencia de la Patrulla Fronteriza, e incluso en algunos puntos de elementos de la Guardia Nacional, a partir de cuya aparición, asegura Acosta, ha disminuido el número de mexicanos que ingresan por este punto de la frontera.

“Pero hay cuestiones dramáticas; a veces nos preguntamos por qué los connacionales salen después de estar en una zona segura adentro del país, lejos de la frontera”, comentó a los integrantes de la caravana, que por la tarde visitaron la sede consular en Presidio. “Nosotros los mexicanos somos de mucho sentimiento y de mucho arraigo hacia nuestra tierra, siempre queremos estar regresando y eso provoca situaciones que llegan a ser desesperantes”.

Por la mañana los participantes de la Marcha Migrante se dirigieron a la línea fronteriza entre El Paso y Ciudad Juárez para colocar sobre la reja algunas de las 4,400 cruces que pretenden colocar a lo largo de todo el recorrido; sin embargo, tan pronto se acercaron al lugar, elementos de la Patrulla Fronteriza interceptaron al grupo.

Enrique Morones, director de la organización Ángeles de la Frontera, que encabeza al grupo, explicó al agente el objetivo de esta actividad, mientras los demás miembros de la caravana observaban atónitos la llegada de otra de las camionetas blanco con verde, conocidas como “perreras”; y otra, y otra y otra más, al punto en que el número de agentes casi igualaba a los cerca de 15 integrantes que componen a la caravana en este punto.

Y aunque apelaron a la libertad de expresión, a la Primera Enmienda y al derecho constitucional, el grupo tuvo que conformarse con colocar sus cruces junto a la vía del tren, antes de cruzar a Ciudad Juárez, en el lado mexicano, para hacer una rápida visita al altar erigido en la frontera en honor de mujeres muertas en esa ciudad.

Un momento conmovedor para el grupo fue la despedida de Jeffrey, joven músico que partió de San Diego con la caravana y que ayer tuvo que regresar a California. Yo decidí unirme porque no puedo creer que la gente no tenga la sensibilidad para comprender que necesitamos de los migrantes", dijo antes de partir.

“Me siento muy satisfecho de haber estado con gente que piensa igual que yo, porque a veces uno se siente muy solo”, añadió. “Pero es bueno saber que aunque hay estadounidenses que no comprenden el asunto de la migración, hay muchos otros que tienen un corazón”, afirmó. “Si todos hiciéramos simplemente eso, escuchar a nuestro corazón, las cosas podrían solucionarse fácilmente”.

La Marcha Migrante llegó por la noche a las ciudades de Redford y Lajitas, y hoy miércoles sostendrá una serie de eventos en el cruce fronterizo entre Del Río, Texas, y Ciudad Acuña, Coahuila.

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