Hace seis meses, un pesquero español rescató en alta mar, cerca de Malta, a 51 inmigrantes subsaharianos que se encontraban a la deriva y se toparon con la resistencia de los países vecinos a acogerlos. La situación se repite ahora con protagonistas y escenarios distintos. Un barco de Salvamento Marítimo español, el Luz de Mar,captó un SOS del Marine I frente a las costas mauritanas y acudió a darle ayuda. Pero cuando intentó llevarlo al puerto más próximo de Nuadibú, en el norte de Mauritania, se topó con la negativa de las autoridades portuarias de este país.

En el Marine I viajan unos 200 inmigrantes, al parecer de origen pakistaní, aunque como sucede casi siempre en estos casos no está confirmada la nacionalidad, puesto que los ciudadanos que viajan sin documentación ocultan su origen para evitar una posterior repatriación. Se supone que salieron hace unos días de algún puerto de Guinea-Bissau, aunque tampoco se descartar que lo hicieran de Guinea Conakry. Forman parte de una nueva ruta Este-Oeste-Norte que traslada a inmigrantes asiáticos (Pakistán, Bangla Desh, India, Sri Lanka) primero hasta países centroafricanos, que sirven de puente y, posteriormente, hacia el sur de Europa. El pasado 16 de enero otros 160 inmigrantes sin papeles,al parecer también de origen pakistaní, alcanzaron las islas Canarias en un viejo barco de pesca que probablemente había salido del sur de Senegal.

Los ministerios españoles de Exteriores, Fomento e Interior negocian desde el domingo con las autoridades mauritanas para que acepten a los 200 inmigrantes. El barco de Salvamento Marítimo siguió las leyes internacionales en vigor que indican que en caso de avería debe trasladarse el barco al puerto más cercano. Y según los portavoces de Salvamento Marítimo fueron arrastrados hasta unas 40 millas de Nuadibú a la espera de la autorización para entrar en el puerto. Sin embargo, Mauritania no ha atendido de momento las solicitudes del Gobierno español porque no ha firmado los tratados que regulan el rescate de buques y considera que a efectos legales fue recogido en aguas senegalesas. “A Mauritania no le conciernen ni el barco ni sus ocupantes”, dijo un portavoz oficial.

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado ha manifestado su preocupación por la situación de estas personas, que en algunos casos pueden ser solicitantes de asilo político.

Otra opción sería negociar con Senegal, pero este país es ya el que ha aceptado más repatriaciones en el 2006. Sólo en los diez primeros meses fueron repatriados 4.868 senegaleses, por 4.278 a Marruecos y 2.051 a Rumanía.