El Gobierno mauritano se niega a que desembarquen en su territorio los 200 inmigrantes paquistaníes que viajan en el barco Marine 1, interceptado el viernes por el remolcador Luz del Mar de Salvamento Marítimo en aguas internacionales del Atlántico. Pese a que el Ministerio de Exteriores español aseguró ayer que ambos países habían llegado a un acuerdo, Nuakchot informó que no dan permiso para que el buque llegue a sus costas.


El Ejecutivo africano hizo público un comunicado contundente: «Mauritania no se siente concernida ni por la avería de la embarcación ni por la acogida de sus ocupantes» y «no ha dado jamás la luz verde para el desembarco de esta embarcación, que se encuentra actualmente en aguas internacionales».


La nota de Nuakchot se produjo sólo horas después de que el embajador español en Mauritania, Alejandro Polanco, anunciara que había llegado a un «principio de acuerdo» que iba a permitir desembarcar a los clandestinos asiáticos «en unos días». Este pacto – explicaron fuentes del Ejecutivo – incluía el pago a Mauritania de dinero a modo de compensación.


Las autoridades mauritanas sólo permiten que una lancha de la Cruz Roja lleve comida, agua y medicinas al barco, fondeado a doce millas de cabo Blanco, en la frontera con Senegal. El Marine 1, que viajaba desde Guinea – Bissau hasta Canarias, fue interceptado por el Luz del Mar después de que lanzara un SOS por una avería. Las autoridades senegalesas, que también recibieron el aviso, alegaron no tener barcos disponibles para ayudar al navío.


La nave de Salvamento Marítimo, en virtud de acuerdos internacionales sobre rescate marítimo no suscritos por Mauritania, comenzó a remolcar al Marine 1 hacia el puerto más cercano, Nuabidhou, pero las autoridades de Nuakchot le prohibieron entrar.