«En Murcia no existen bandas urbanas latinas al estilo de las que atemorizan barrios en las grandes ciudades americanas, con una estética carcelaria, armas y una jerarquía muy estructurizada. Aquí hay chicos que las imitan, y eso aún es controlable». Es la impresión de Andrés Pedreño, profesor de Sociología de la Universidad de Murcia y experto en inmigración, a quien le preocupa más que se demonice al chico de origen sudamericano que luce un look propio de los amantes del hip – hop que el surgimiento de grupos urbanos violentos.

«Temo que a partir de los acontecimientos de Alcorcón, que se están exagerando tanto en los medios de comunicación como entre ciertos científicos sociales, surja el estigma del latino: cualquier chaval con pantalones caídos, gorra al revés y sudadera grande es violento. No es lo mismo ser del Ku Klux Klan que llevar una camiseta del Ku Klux Klan, que te guste su estética».

Este docente de la Universidad defiende que las reyertas de Alcorcón, como los disturbios de El Ejido, Terrassa o Guadalajara, son «fracturas de una frontera que se ha establecido entre chicos españoles y extranjeros. Y estos últimos se siente españoles y no aceptan ser tratados de manera distinta. Mientras no se corrija su destino social, laboral y cultural, estas fracturas se repetirán en el futuro».