El Sr. Presidente de la República ha anunciado que se presentará un proyecto de Ley para la creación de un Ministerio del Deporte, lo que nos alegra por razones que todos compartimos. Ojalá sea una herramienta para llegar a ser una potencia deportiva en el continente. Sin embargo, siendo de hecho una potencia cultural nos preguntamos ¿por qué no hay voluntad política para crear un Ministerio de Cultura o Culturas? La diversidad cultural boliviana, tanto tangible como intangible, impulsada desde un ministerio no sólo nos permitiría destacar en eventos de carácter continental y mundial sino, fundamentalmente, aseguraría mediante procesos culturales coherentes con tal diversidad, el desarrollo integral de las personas, de los colectivos sociales, de las culturas y comunidades indígenas, de las capacidades y talentos de los productores de cultura, niños, jóvenes, mujeres, ancianos, discapacitados, en fin, de toda la sociedad boliviana en su conjunto.

Es hora de asumir el reto de asegurar una Ley de Cultura como paso previo a lo que la misma Asamblea Constituyente debe definir en este tema en la nueva Constitución. En lo inmediato un Ministerio de Cultura es altamente necesario si consideramos que Bolivia es, además de una potencia cultural poco desarrollada, un país donde confluyen, interactúan, emergen, se desarrollan, dialogan y resisten, conviven una gran diversidad de culturas y formas de pensar, de expresarse y de ver la vida. La cultura es esencial porque nos condiciona y determina nuestra manera de ver el mundo, de hablar, de vestirnos, de comunicarnos, de asimilar o no otras culturas, etc. Por tanto, es esencial para propuestas coherentes de cambio social que buscan que las inequidades desaparezcan, que los diálogos aparezcan, que los atrincheramientos, los radicalismos, los prejuicios, el racismo, la xenofobia en general, sean superados pacíficamente por la sociedad boliviana.

No estamos hablando de un Ministerio que sea administrador de expresiones artísticas únicamente sino de una herramienta del Estado boliviano (que somos todos nosotros) que guíe de manera coherente y profunda los procesos culturales bolivianos, los promueva, los vincule con los procesos educativos y, lo más importante, contribuya a la construcción de un mayor y más profundo encuentro de orgullo entre bolivianos, y de Bolivia con el mundo. Orgullo porque desde las artes populares podemos transmitir nuestra maravillosa diversidad cultural y contribuir de manera sobresaliente a la diversidad mundial; desde el patrimonio cultural heredado podemos reconocernos y ser parte de la memoria del país; desde las manifestaciones culturales populares, rituales, saberes, lenguas, podemos aprender a conocernos sin negarnos; desde las artes contemporáneas y nuevas tecnologías a desarrollar oportunidades para artistas, productores de cultura, jóvenes de las zonas urbanas en diálogo con las rurales y con las universales; desde las iniciativas culturales personales, grupales, comunitarias, urbanas se desarrollan industrias culturales, turismo cultural, proyectos diversos que generan ingresos complementarios y dignifican la vida.

Quisiera que nuestras autoridades comprendan de que cuando de hablamos de Cultura no estamos refiriéndonos únicamente a las denominadas “bellas artes” sino al rol transformador que los múltiples rostros y formas que tiene la diversidad cultural; que el desarrollo y la transformación social no sólo tratan de puentes, caminos, postas de salud, canchas multifuncionales, centros de entrenamiento, proyectos productivos, microempresas, educación formal y alternativa, medios de comunicación, empleo, etc. sino también de sentidos de pertenencia e identidades, de maneras de organizarse y convivir, de visiones de vida y de mundo, de necesidad de expresarse y comunicarse, de sensibilidad y emociones, de gustos, de fiesta y ritual, de crecer con valores transmitidos culturalmente, de memoria y también de sueños…

¿Cuándo podremos aplaudir como ahora lo han hecho los amantes del deporte (también nosotros) cuando se anuncie el proyecto de Ley de Cultura para la creación del Ministerio de Cultura de Bolivia?