"La Opinión". MÉXICO: "Parte la ‘Segunda Marcha Migrante’"

Durante 15 días recorrerá la frontera; hoy llega a Phoenix

Prensa Latinoamericana, 03-02-2007

SAN DIEGO.— Poco a poco empezaron a llegar. Junto a las cortinas de metal que forman el muro que separa a México de Estados Unidos, autos y camionetas empezaron a detenerse, justo a la altura de la garita de San Ysidro.

Desde la línea, agentes de la patrulla fronteriza, simpatizantes de los minutemen, activistas y defensores de los derechos humanos, todos ellos fueron testigos del inicio de la Segunda Marcha Migrante, que durante los próximos 15 días recorrerá la frontera de estos dos países para recoger el testimonio de los inmigrantes, sus familias y quienes buscan una reforma migratoria “justa e incluyente”.

Al mediodía, cerca del punto en el que el año pasado murió Óscar García Barrios debido al disparo de un oficial de la Patrulla Fronteriza, se colocó una cruz en memoria del joven, se hizo una oración y una pequeña ceremonia para señalar la partida de la caravana.

“El propósito de esta marcha es reunir los testimonios para que aquellos en el Congreso que están indecisos sobre la reforma migratoria puedan tomar su decisión tras escuchar estas historias”, dijo Enrique Morones , director de la organización Ángeles de la Frontera, mientras explicaba que las historias recopiladas a lo largo de la frontera serán llevadas a Washington una vez que inicie el debate.

“Sabemos que hay quienes están muy a la derecha o muy a la izquierda y ellos no van a cambiar de opinión”, añadió, “pero los que están indecisos tal vez tomen una decisión cuando escuchen la historia de Óscar”.

Antes de partir, el grupo formado por las más de 30 personas —que en 15 automóviles integraron la caravana en este primer día de marcha— colocó una cruz en memoria de García Barrios y dio lectura a una carta escrita por la madre del joven y entregada a Morones el jueves pasado

“Quiero manifestar la pena que estoy pasando por la pérdida de mi hijo”, empezaba la misiva que va dirigida al presidente George Bush. “No le dieron la oportunidad de hablar y defenderse como ser humano… por eso le pido se haga justicia”, añade. “Fue mi compañero, él vivía conmigo en mi casa, hoy he quedado sola”.

Minutos antes del mediodía, un grupo de seis personas llegó al lugar pretendiendo mezclarse entre la multitud, hasta que uno de los integrantes de la caravana los identificó como miembros del grupo Minuteman.

Los recién llegados distribuían un documento firmado por los minutemen de San Diego y el grupo Truth Brigade, entre otros, en el que afirmaban estar ahí para unir fuerzas con Morones.

“Estamos de acuerdo en una cosa: que un ser humano no debe de morir, menos por buscar una vida mejor”, dijo a La Opinión Francisca Delgado, una integrante del grupo, quien afirmó que para ello el gobierno mexicano “debe dejar de explotar a la gente”.

El texto señala: “Necesitamos unir fuerzas con el gobierno mexicano y pedirle que deje de contribuir con estas muertes animándolos [a los migrantes] a entrar a nuestro país ilegalmente. Deben dejar de distribuir panfletos con instrucciones sobre cómo violar nuestras leyes, y decirles acerca del grave daño que enfrentan cuando deciden violar nuestras leyes al entrar ilegalmente al país”.

Miembros del grupo encabezado por Morones dijeron que el mismo grupo suele presentarse en los eventos de las organizaciones Ángeles de la Frontera y Gente Unida para confrontar sus puntos de vista.

La Marcha Migrante llegó la noche de ayer a la frontera entre Caléxico y Mexicali para colocar cruces en memoria de los migrantes caídos. Tras pasar la noche en la ciudad de Yuma, la caravana se dirigirá hacia Phoenix, donde hoy participará en la convención nacional de activistas que se celebra en esa ciudad y visitará a Elías Bermúdez, quien realiza una huelga de hambre desde el pasado 29 de enero.

No olvidados

Holtville, California.- Los pies se hunden bajo la tierra húmeda del cementerio de Terrace Park. Al frente, tumbas blancas relucientes rodeadas de césped verde muestran nombres, apellidos y fechas de quienes ahí descansan. Algunas unas flores, otras incluso un regalito.

Pero en la parte de atrás, el escenario es otro. Un terreno agreste en tiempo de secas, lodoso cuando llueve, alberga los cuerpos de indocumentados que murieron sin que se supiera quiénes eran. Filas de ladrillos descoloridos, la mayoría con la leyenda “Joe Doe” para los hombres, “Jane Doe” para las mujeres, indican que ahí yace alguien cuyo nombre y cuya historia no se conoce.

La caravana de la Marcha Migrante se detuvo ayer en ese lugar para rendir un homenaje a los migrantes caídos sin haber sido identificados, sin poder volver a casa. “Ellos vinieron a trabajar en este campo, no a ser enterrados en él”, dijo Enrique Morones. “Hay gente esperándolos, una madre, un padre, que no saben que han muerto”, agregó. “Si esta no es una buena razón para tener una reforma migratoria, no sé qué será”.

Los integrantes de la caravana colocaron cruces de madera junto a los ladrillos de los migrantes desconocidos, en algunos de los cuales con anterioridad Ángeles de la Frontera ya había puesto otras cruces con la leyenda “no olvidado”. Algunos hicieron una pequeña oración, otros colocaron flores, alguien más recordó a un ser querido que se fue también así, por ser migrante.

De acuerdo con Morones hace cinco años, cuando este cementerio empezó a recibir los restos de los migrantes, había 20 tumbas. Hoy hay 440.

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