Según una revisión realizada por el periódico del condado de Orange a los expedientes de arresto de los últimos dos meses de la policía de Costa Mesa, la importancia de la ofensa no determina la deportación.
La policía de Costa Mesa, a unos 100 kilómetros al Sur de Los Ángeles, cumple desde hace un año funciones especiales con una medida que le permite solicitar a las personas sus documentos migratorios y
en caso de no comprobar su residencia, las canaliza a migración.
Según el diario, en los reportes de la policía se encontró que de los 470 detenidos en enero pasado, 44 tenían antecedentes criminales, 57 estaban involucrados en delitos menores y tres habían cometido infracciones.
De acuerdo con el reporte, muchos fueron detenidos por ofensas menores, entre las que figuran conducir sin licencia, caminar en una área prohibida, mostrar una identificación falsa, pasarse un semáforo en rojo o conducir bicicleta en sentido contrario.
El director de la Unión de Libertades Civiles de América (ACLU, por sus siglas en inglés), en Orange, Héctor Villagra, consideró que esta situación es muy complicada porque está causando temor entre los
residentes, incluso tienen miedo a cualquier contacto con la policía.