Agentes de migración ejecutaron el pasado miércoles operativos contra inmigrantes indocumentados que dejaron un saldo de 74 personas detenidas, entre ellos al menos cuatro salvadoreños.

En el operativo más grande, los agentes detuvieron a 53 presuntos inmigrantes indocumentados al allanar una planta de recolección de basura de la empresa Republic Services Inc., cerca de Houston.

Aunque no hubo cifras, se informó que muchos de los inmigrantes son de El Salvador, México, Honduras y Nicaragua, y podrían ser deportados.

Joe Rozema, trabajador de la planta, informó a la estación de televisión KTRK de Houston que la redada inició a las 6 de la mañana cuando los agentes llegaron al lugar y tres helicópteros comenzaron a sobrevolar la zona.

“Fue algo caótico esta mañana”, afirmó Rozema, tras detallar que los agentes pidieron a los trabajadores concentrarse en un área de la planta donde fueron cuestionados uno a uno para determinar su estatus migratorio.

Los agentes le dieron un brazalete azul de plástico para que lo portara y aquellos que tenían que demostrar su estatus migratorio recibieron uno de color amarillo.

Will Flower, vocero de la empresa con sede en Florida, manifestó que los agentes detuvieron a trabajadores contratados a través de agencias: “La compañía no tiene manera de determinar si las agencias de colocación de empleados que proveen de trabajadores a Republic cumplen las normas federales”.
Contra planta lechera

En otro hecho, por lo menos cuatro salvadoreños fueron arrestados junto a otros 17 indocumentados en la redada que agentes de la Oficina y Control de Aduanas (ICE) hicieron a la empresa Quesos Ariza, ubicada en el sur centro de Los Ángeles.

“Llevamos 40 años trabajando, y nunca habíamos tenido problema, vinieron diciendo que son criminales y todos ellos eran gente honesta y trabajadora que no le hacía mal a nadie”, expresó Ausencio Ariza, propietario de la empresa de lácteos.

Después de la hora de almuerzo y sin aviso, los oficiales se presentaron en la fábrica el miércoles por la tarde y argumentaron que el allanamiento era parte de una investigación criminal.

Ariza añadió que cuatro de sus trabajadores eran salvadoreños, habían sido contratados hace más de un año y proporcionaron un número de seguro social y una identificación.

“Nosotros no somos inmigración para ponernos a verificar si son verdaderos o no, hoy mi fábrica está parada, no tengo trabajadores, soy ciudadano y aporto impuestos y si puedo sacar a mi gente de la cárcel y darles papeles lo voy a hacer”, externó.