Washington – La campaña del senador Joseph Biden, que anunció su
candidatura a la Presidencia el pasado miércoles, podría ser la más corta
de la historia de Estados Unidos. No había puesto ni un pie en las
movedizas arenas presidenciales cuando el veterano demócrata del Estado de
Delaware metió la pata de la peor forma posible: con un desliz racista
dirigido a la sensación política del momento.
   Todo
marchaba bien. De televisión en televisión hacía Biden el paseíllo propio
de quien apuesta por ocupar el Despacho Oval. Entrevistas posteriores, sin
embargo, le hicieron bajar la guardia y en una conversación relajada con
la revista «New York Observer», Biden describió a su rival presidencial y
senador de Illinois, Barack Obama, como el primer candidato negro «limpio»
en la historia de Estados Unidos.
   Obama no se dio por aludido, pero
el comentario rebotó en otros afroamericanos que se han presentado a la
Presidencia. Porteriormente, Obama dijo en una declaración que los
comentarios de Biden menospreciaron a los anteriores candidatos negros.
«No me di por aludido por los comentarios del senador Biden, pero
obviamente fueron históricamente erróneos», afirmó Obama. «Los candidatos
presidenciales africano – estadounidenses como Jesse Jackson, Shirley
Chisholm, Carol Moseley Braun y Al Sharpton plantearon temas muy
importantes durante sus campañas».
   Lo más chocante de este
resbalón es que Biden, en su sexto período como senador, conoce la
dinámica electoral. Es la segunda vez que lanza su candidatura tras el
fiasco de 1988, cuando se retiró de la campaña al descubrirse que había
plagiado parte de un discurso a un político británico. Es decir, debería
ser consciente de la polvareda que puede levantar un comentario fuera de
lugar.
   «Lamento profundamente toda ofensa que hayan podido causar
mis comentarios. No fue ésa mi intención y así se lo indiqué al senador
Obama», señaló ayer el senador de peregrinaje mediático de nuevo con la
cabeza baja. Dijo a los periodistas que utilizó la palabra «limpio» en el
sentido de «fresco y nuevo» y que no pretendió insultar a otros candidatos
negros que se han presentado a la Casa Blanca, como los reverendos y
líderes de los derechos civiles Jesse Jackson y Al Sharpton. Ambos han
recibido llamadas de un Biden acongojado. «Le dije que yo me ducho todos
los días», reveló más tarde Sharpton.
   El senador
Biden es un respetado y conocido político en Washington y desde enero
ocupa el cargo de presidente del comité de Relaciones Exteriores. Es el
artífice de una de las resoluciones contra el envío de más tropas a Irak
que estos días está removiendo las tierras en el Congreso. «El próximo
presidente de EE UU, debido a Bush, no va a poder contar con ningún margen
de error», asegura el senador, «y yo soy el que más experiencia tiene».