La madre de los cayucos

ABC, 02-02-2007

Caladeros sin peces, producción de cacahuetes y algodón a precio de regalo, carburantes disparados, artes abandonadas en las orillas de los pueblos esperando brazos jóvenes que no miren a Europa, hombres con cuatro mujeres y una veintena de hijos, y el gobierno de la casa en manos de madres que rezan por que todo cambie. Esos son los trazos que lleva dibujados en su festivo bubu y en su cara Yaye Bayam, a la que ya muchos conocen como la «madre coraje» de Senegal.

Yaye no ha subido en su vida a un cayuco ni falta que le hace. Su único hijo Alioune, de 26 años, murió en uno que se dirigía a Canarias devorado por una tormenta el pasado marzo. Como casi todos en Thiaroye Sur Mer, un suburbio de la costa al sur de Dakar, era pescador, y como a casi todos se le cruzó el sueño de otra vida donde los barcos esquilman menos y nadie subsiste pendiente de cuánto vale el saco de cacahuete.

Como muchos no cumplió su sueño – dicen las ONG que el mar se tragó el año pasado a 1.049 africanos – y como sus vecinos dejó a su madre huérfana, de hijo y de dinero. Yaye Bayam enjugó sus lágrimas y se tragó el dolor. «Me dije, basta de llorar no tenemos qué comer» – contó ayer en su primera jornada en España – . A partir de ahí creó el Colectivo de Mujeres para la lucha contra la inmigración clandestina, un grupo de concienciación y solidaridad que tiene ya 375 miembros y ha suscitado el interés de madres de todo el país.

La asociación que preside Yaye es un bálsamo de apoyo y de economía. Cada mes ellas aportan una cantidad (en torno a un euro y medio) que se reparte en forma de microcréditos a otras mujeres que han quedado sin sustento económico al desaparecer sus vástagos. «Hacemos cuscús, tintes (con los colores de nuestros hijos muertos), zumos de frutas, pescado ahumado», explicó Yaye. «Algunas no podían comprar pescado en la playa porque veían las caras suplicantes de sus chicos que les pedían «mamá, ayúdame, mamá sácame del agua»». Ahora es casi una economía de trueque pero la asociación busca ampliar mercado y España, hermana y madrastra, es un candidato idóneo.

«Madre coraje», «madre cayuco» ha venido a nuestro país de la mano de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado. Estará en Madrid, Andalucía, Canarias, Extremadura, Castilla La Mancha y Cataluña; pedirá ayuda a la administración, apelará a las conciencias y explicará los proyectos de estas mujeres, entre ellos un orfanato. Una de sus últimas paradas la hará en las tumbas de la inmigración canarias. Allí, Yaye cumplirá el duelo de todas las madres africanas sin hijos a los que velar.

CRUZ MORCILLO

JAIME GARCÍA

La senegalesa Yaye Bayam llegó ayer a España para remover conciencias y pedir colaboración a las autoridades

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