«2 x 40... y un mini gratis»
ABC, 02-02-2007POR P. M.
MADRID. «Dos servicios y un mini de cerveza gratis…» ¿Alguien da más? La Brigada Provincial de Extranjería y Documentación de Madrid ha desmantelado una organización criminal dirigida por ecuatorianos y dedicada a la explotación sexual de mujeres, que intentaba abrir nuevos mercados entre los jóvenes con ofertas pensadas especialmente para ellos. Los clientes eran captados a través de anuncios en la Prensa nacional y local, pero además su «plan de márketing» incluía simples pasquines pegados en las proximidades de institutos en busca de una «parroquia» potencial numerosa, pero sin demasiado poder adquisitivo.
La banda utilizaba como tapadera un local de la calle Esteban Arteaga, no lejos del Manzanares, que supuestamente se dedicaba a trabajos de reforma y pintura en pisos.
Un local de tapadera
Los investigadores detectaron hace un año las actividades de la organización, que se dedicaba a la explotación sexual de mujeres procedentes de varios países suramericanos. El citado local, según desvelaron las vigilancias policiales, era el epicentro de actividades. Todos en el barrio sabían que allí pasaba algo raro,entre otras cosas porque sólo abría a partir de las siete de la tarde. Además, la puerta siempre estaba cerrada y los clientes accedían a través de una puerta metálica, que se abría después de que el visitante llamara al timbre, aunque fuera a avanzadas horas de la noche.
Hasta las Navidades la banda actuaba según los parámetros normales de estas organizaciones. Sin embargo, parece que los cabecillas querían aumentar el volumen de negocio, abrir mercados, diversificar actividades y riesgos, todo ello con criterios económicos propios de cualquier empresa que quiera «aprovechar sinergias, optimizar recursos», según las estrategias económicas al uso… en este caso criminal.
Los investigadores siguieron el rastro del grupo a través de los anuncios en Prensa y comprobaron, no sin sorpresa, que colocaban publicidad en paredes, farolas y todo tipo de mobiliario urbano cerca de los centros educativos de la zona. La oferta era tentadora, sobre todo para nuevos «navegantes del amor»: dos servicios sexuales por 40 euros y además se les regalaba un mini de cerveza.
Las investigaciones permitieron determinar la identidad y funciones de los distintos implicados en la organización, además de descubrir otro piso de la banda en la calle de Alejandro Sánchez. Llegados a este punto se solicitaron los pertinentes mandamientos de entrada y registro, que una vez concedidos se pudieron llevar a cabo con la colaboración de la Policía Municipal. En el local de Esteban Arteaga fueron detenidos cuatro ecuatorianos y dos mujeres, una española y otra paraguaya que ejercían allí la prostitución. El jefe de la banda fue capturado poco después cerca de su vivienda.
En el piso de Alejandro Sánchez se localizó a siete mujeres, todas extranjeras. Una de ellas está acusada de delitos relativos a la prostitución y cinco de estancia irregular; la séptima quedó en libertad. Las «esclavas del sexo» dijeron en comisaría que la mitad de sus ganancias eran para la organización. La documentación intervenida lo confirma. Porque como cualquier empresa, esta también llevaba su contabilidad al día.
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