Madres de víctimas de cayucos piden ayuda económica a España

El Mundo, 02-02-2007

Han creado una asociación para combatir la emigración clandestina Organizan proyectos que disuaden a los jóvenes de viajar a Canarias Yaye Bayam se cansó un buen día de llorar a su único hijo, de recordar a cada minuto el cayuco en el que naufragaron 80 vecinos de Thiaroye sur Mer, de maldecir aquel 25 de marzo de 2006 en el que Alioune Mar emprendió el incierto viaje hacia las islas Canarias, la soñada tierra de las oportunidades.


Se despojó del traje de la impotencia, aparcó el dolor y decidió pasar a la acción. Esta senegalesa, de 48 años, organizó entonces una asociación de madres y viudas de los cayucos, una red de ayuda que crea pequeñas empresas con el fin de levantar las maltrechas economías familiares.


«Tenía un solo hijo de 26 años. Es muy duro perder a un hijo, máxime si es el encargado de sostener a la familia. Él se ocupaba de alimentarnos, pagar el agua y la electricidad. Cuando murió, la vida era cada vez más difícil porque no teníamos ni para comer. Entonces me dije: ‘Basta ya de llorar; las mujeres nos tenemos que organizar’», manifestó ayer Yaye Bayam en la sede de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (Cear), la ONG que la ha invitado a España.


Su asociación agrupa a 375 mujeres golpeadas por el zarpazo de la emigración clandestina – algunas han perdido hasta cuatro hijos – , que ahora luchan para combatirla. Sin ninguna subvención oficial, las madres hacen una colecta una vez al mes y los 1.000 francos senegaleses que recaudan se lo entregan a una de ellas para que emprenda alguna actividad. Unas se dedican a vender pescado; otras, elaboran comida, aunque algunas han sido incapaces de volver al mar. «Hay mujeres que nos decían que no podían vender el pescado porque veían a todas horas a sus hijos en el mar que les pedían: ‘Mamá, sácame del agua’. A ellas les hemos dado otras ocupaciones, como hacer cous – cous y zumos de fruta», explica Yaye, presidenta de la ONG.


A esta mujer emprendedora no le gusta perder el tiempo y habla bien claro del objetivo de su visita a España: quiere encontrar socios que les ayuden a desarrollar microcréditos para crear puestos de trabajo en su país y así disuadir a los jóvenes de emigrar. Desde Cear han abierto una cuenta bancaria en el BBVA que se denomina Mujeres de Senegal para todo aquel que quiera ayudar.


Yaye se aleja del discurso maniqueo y, más allá de culpar únicamente a las mafias, intenta incidir en las raíces del fenómeno migratorio, que en 2006 provocó una avalancha de cayucos a Canarias.


¿Por qué miles de jóvenes han decidido emprender un éxodo masivo hacia Europa? Una de las múltiples causas se encuentra en la propia estructura social de Senegal, un país de religión musulmana donde reina la poligamia. Así, la mayoría de los hombres tiene cuatro mujeres y cada una de ellas tiene a su vez nueve hijos, a los que hay que sumar los primos y los sobrinos.


«Somos una sociedad polígama con familias de 25 personas. La pesca artesanal era nuestra forma de vida, pero ya no encontramos pescado porque se lo están llevando los barcos franceses y coreanos. Eso ha obligado a nuestros hijos a coger un cayuco para encontrar un trabajo en España», afirma Yaye Bayam.


Ante este panorama, la emigración se ha convertido en una puerta a la esperanza y para las familias es un orgullo enviar a sus hijos a Europa, aunque sea a costa de jugarse la vida. Los inmigrantes ven un éxito social llegar a Canarias y poder mandar dinero a sus padres. Es más, si el joven logra su objetivo se honra a la madre dentro de la familia.


No obstante, esta mujer senegalesa se muestra optimista y cree que hay una luz al final del túnel. El número de muertos en el camino – que supera el millar – , los más de 4.000 repatriados y las campañas de sensibilización están comenzando a surtir efecto y la partida de cayucos desde Senegal se va diluyendo como un azucarillo.

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