JUAN RUIZ SIERRA

SANTA SUSANNA

Paga el alcalde en funciones. En contra de lo dicho el día anterior, Josep Monreal, primer edil provisional de Santa Susanna, reconoció ayer que, tal y como publicó EL PERIÓDICO, él es el encargado de pagar a Ebrima Susso, un inmigrante subsahariano en situación irregular que trabaja para el municipio como limpiador y jardinero desde junio del 2005. La retribución, según aseguró Monreal, de CiU, tiene un carácter ocasional y casi casi filantrópico. “A veces se le paga 40 euros, otras 60 o 100. Depende. Yo he hecho una tarea humanitaria, aunque no era la mejor forma. Si soy responsable de alguna infracción, habrá que asumirlo”, declaró durante un pleno extraordinario celebrado en el municipio.
Pero hay otra versión. De acuerdo con la denuncia que Susso interpuso el pasado 24 de octubre ante la Inspección de Trabajo, Monreal entrega cada mes a este hombre nacido en Gambia 900 euros dentro de un sobre como retribución por sus servicios. ¿De dónde sale este dinero? El alcalde provisional no lo especificó. La denuncia, además, viene acompañada de una grabación en la que se escucha una voz muy similar a la de Monreal que le dice a Susso: “Mira, aquí hay 900 euros. Son un nueve y dos ceros”. Más tarde, y tras preguntar el trabajador por su situación irregular, el pagador contesta: “No pidas más porque vamos así y no podemos ir de otra manera”.

POLÍTICA RESTRICTIVA
Un argumento similar fue utilizado por Monreal para justificar por qué Susso, quien ayer trabajó como cualquier otro día, aún no tiene papeles. La culpa, vino a decir el dirigente municipal, es del Estado. “Yo lo único que he querido es que este señor estuviera legal, pero la política de inmigración que hay en España en estos momentos es muy restrictiva”, sostuvo durante el pleno, en el que estaba previsto que fuera elegido alcalde, cargo que ostenta de forma provisional desde que, a mediados de este mes, su antecesor, Joan Campolier, también de CiU, presentara su dimisión tras una sentencia condenatoria por prevaricación administrativa. El nombramiento, finalmente, se pospuso hasta el próximo mes.
Durante el pleno, Monreal también señaló que no había, ni había habido, casos parecidos al de este inmigrante dentro del Ayuntamiento de Santa Susanna. En cambio, según el concejal del PSC en el pueblo costero, Isidro Jiménez -quien dijo que su grupo municipal, junto a CCOO, había ayudado a Susso en la elaboración de la denuncia ante la Inspección de Trabajo- sí existen otros trabajadores en situaciones similares, pero “por miedo a represalias no quieren denunciarlo”.
Hay un inmigrante a quien no le importa contar su historia, pues ya no tiene relación con el Ayuntamiento de Santa Susanna. Es Bajake Tunkara, también originario de Gambia. Su caso no es idéntico al de Susso, pero tiene similitudes. Entre 1994 y el 2001, Tunkara trabajó en los servicios municipales de limpieza y jardinería del pueblo. Pese a contar con los papeles en regla, durante los dos primeros años este inmigrante prestó sus servicios sin ningún tipo de contrato. “Y eso no es todo”, dijo Tunkara. “En verano, durante el horario de trabajo, el jefe de la brigada municipal me obligaba a limpiar piscinas particulares en lugar de limpiar las calles”.
“A Ebrima Susso”, concluyó este extrabajador municipal, “siempre le he dicho que el ayuntamiento le está engañando”.