Steinmeier, un ministro en el ojo del huracán

El Mundo, 01-02-2007

Frank – Walter Steinmeier, ministro socialdemócrata de Exteriores de Alemania, ha cometido al menos en los últimos 15 días dos grandes errores, lo que le ha colocado en el ojo del huracán político desatado por la prensa, la oposición e incluso por un sector cristianodemócrata (CDU) de la gran coalición en el Gobierno.


Primero negó hasta la extenuación que conociera en 2002 una oferta de la CIA estadounidense para entregar al prisionero turco – alemán Murat Kurnaz, encerrado en la cárcel de la base naval de Guantánamo y sin ninguna relación con la red terrorista Al Qaeda.


Segundo, una semana después, y cuando la tormenta ganaba peso, reconoció implícitamente en una entrevista al diario Bild que sí fue informado y que rechazó la propuesta. Para rematarlo, pronunció una frase que regresó a él reconvertida en bofetada al Estado de Derecho: «Hoy volvería a tomar la misma decisión».


Murat, con pasaporte turco pero nacido y criado en Bremen (Alemania), fue detenido en diciembre de 2001 en Pakistán y entregado al Ejército de EEUU en Afganistán. En 2002 fue transferido a la cárcel norteamericana de Guantánamo donde permaneció hasta agosto de 2006 pese a ser inocente.


Finalmente fue excarcelado gracias a la presión del Gobierno de Angela Merkel, y su imagen de larguísimas barbas ha sido habitual en la prensa germana en los últimos meses.


La memoria del 11 – S


El problema, admitido por fin por Steinmeier – que en 2002 ocupaba el Ministerio de la Cancillería y era la mano derecha del entonces canciller Gerhard Schröder – , es que ya en 2002 los servicios secretos de Estados Unidos habrían ofrecido a Berlín la posibilidad de entregar a Kurnaz tras comprobar que no tenía lazos islamistas.


El servicio secreto alemán, que dependía en ese momento de Steinmeier, ya en esas fechas elaboró un informe confirmando la inocencia del talibán de Bremen, sosias impuesto por la prensa local, e incluso proponiendo su repatriación para infiltrarlo en ambientes islamistas.


Steinmeier argumenta su decisión de entonces en que el 11 – S pesaba en la memoria y era prioritario evitar problemas de seguridad. Todos los documentos que ha ido revelando la prensa habrían sido filtrados desde la comisión parlamentaria que investiga las actividades del espionaje alemán durante los llamados vuelos de la CIA.

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